Ángel FIDALGO

La iglesia de Santo Domingo, la del Colegio de los Dominicos, acogió ayer un acto litúrgico muy especial, ya que dos de sus frailes, José Luis Álvarez Valdés, el popular padre Valdés, y José Luis Zapico, mucho más nuevo en el colegio dominico, ya que gran parte de su vida religiosa la pasó en Hispanoamérica, cumplían cincuenta años en la orden. En un acto tan sencillo como piadoso celebraron el medio siglo de servicio a la Iglesia y a sus alumnos. El templo estaba lleno, la mayoría de antiguos alumnos y familiares de los dos homenajeados.

El padre Valdés, que ofició la eucaristía, mencionó al inicio el mandato de Jesús de vocación y de servicio. «Él es el centro de nuestra fe», comenzó diciendo el veterano dominico.

Tras la ceremonia religiosa se organizó un vino español en el que la camaradería y la amistad fueron el denominador común, por encima de la relación de profesores y alumnos. Los asistentes tuvieron ocasión de departir de forma distendida con los dos dominicos, desbordados y agradecidos por el afecto que recibieron.

Entre ellos estaba Chema Feito, ex alumno, profesor del colegio y vicepresidente de la entusiasta Asociación de Antiguos Alumnos. «El padre Valdés, en los tiempos difíciles de la educación, nos enseñó en la libertad y en el respeto, algo que ahora se presenta como una novedad ya nos lo enseñaba en los años setenta», señaló Feito, que contó también que «era el fraile que siempre estaba al lado de sus alumnos, con el que siempre se podía hablar de todos los problemas que tuviéramos».

En el acto de ayer estuvieron presentes ex jugadores del Club Patín Santo Domingo como Antonio Fernández Barro, José Luis Pérez, Llamedo y directivos de su época, como Alberto Truébano y José Luis Madera; además del claustro de profesores y un montón de ex alumnos. «Representa el más puro espíritu de la orden, que es el de la verdad, la palabra y la libertad», resumió Feito.

En el aspecto académico, recordó que en su época las mejores notas de Asturias en Lengua de los estudiantes que se enfrentaban a la selectividad para acceder a la Universidad las sacaban los alumnos del padre Valdés.

Un dominico que, igual que el padre Zapico, predicó el Evangelio entre sus alumnos, con la peculiaridad de que el padre Valdés lo amplió al deporte. En el Hockey fue una referencia, pero también en todas las actividades relacionadas con la montaña.