El radar que controlará la velocidad en la zona urbana de Oviedo, rotando por las calles de Muñoz Degraín, Independencia, Favila, La Florida y la entrada a la ciudad por la autopista «Y», comenzó ayer a emitir multas. Los automovilistas, tras el anuncio de que el dispositivo comenzaría a funcionar hoy, ya han comenzado a levantar el pie del acelerador. Aunque no todos: el radar fue colocado, en esta primera jornada, en el tramo final de la «Y», donde fueron «cazados» numerosos conductores con excesos notables de velocidad. En un tramo limitado a 70 kilómetros por hora, se detectaron velocidades superiores a los 100.

Más seguridad, menos contaminación y ahorro de combustible son los fines que persigue esta medida disuasoria en las calles de Oviedo que estadísticamente registran mayor velocidad. Los taxistas fueron los primeros en notar la disminución de velocidad en estas calles. «Hace unos días ya se empezó a notar que la velocidad era menor, y nosotros también la reducimos, y ahora con las multas más todavía. Cuando nos tocan el bolsillo ya se sabe», explicó Manuel García Valledor, que tiene su parada en la calle Calvo Sotelo.

«La menor velocidad evitará accidentes y además todos gastaremos menos combustible. Es mucho mejor que poner cojines berlineses, porque terminan fastidiando los coches», añadió el taxista.

El alcalde de barrio de Muñoz Degraín y entorno, Pedro Manuel González del Valle, destacó que los vecinos aplauden esta medida «porque la ven como una necesidad, como hacen en la mayoría de las ciudades españolas similares a Oviedo. A más de cincuenta kilómetros por hora no se debería circular por ninguna calle». En Muñoz Degraín la Policía Local llegó a detectar durante el período de pruebas de los radares velocidades de hasta 128 kilómetros por hora, triplicando el límite de velocidad, que está fijado en 40 kilómetros por hora.

Este caso no será ni mucho menos una excepción; de hecho, el presupuesto municipal para este año ya refleja el potencial de estas infracciones. El Ayuntamiento prevé que los ingresos por multas aumenten en 1,2 millones de euros, situando la recaudación por este concepto en 4,2 millones de euros.

En Muñoz Degraín ayer, a mediodía, aún no se había notado lo suficiente la reducción de velocidad. Eso es al menos lo que observó hasta entonces el hostelero Jesús Suárez. «Cuando empiecen a llegar las primeras multas y se corra la voz, se notará», afirma.