Carolina G. MENÉNDEZ

El amor, la emoción positiva que con más frecuencia experimenta el ser humano a lo largo de la vida, fue el tema central de la charla que ayer ofreció en el Auditorio la psicóloga Rosa de Arquer. Durante su intervención, última del ciclo de conferencias «Alma, corazón y vida» que desde el mes de febrero ha venido celebrando el Teléfono de la Esperanza, De Arquer hizo un repaso de las ponencias de los especialistas que le precedieron pero vinculándolas con la poesía, «un arte que abraza el amor, ya que a través de los poemas se llega directamente al corazón», señaló.

Pero, además de poesía -recitó poemas de Oliverio Girondo, Machado, Leopoldo Lugones y Cecilia Camps, entre otros-, Rosa de Arquer apoyó su ponencia con música e imágenes de amor, «un sentimiento de carácter activo que implica cuidar (amor es preocuparse por el crecimiento de lo que amamos), responsabilidad en el sentido de estar dispuesto, respeto mutuo y conocimiento entendido como saber por qué la otra persona actúa de una u otra forma». El completo y verdadero amor es para la psicóloga una mezcla de «intimidad, pasión y compromiso», aspectos que en su día ya incluyó Sternberg al diseñar el triángulo del amor. De esta combinación también se obtienen diferentes tipos de amor, pero no un amor total, dijo la colaboradora del Teléfono de la Esperanza. Así, manifestó, «de la fusión de intimidad y compromiso se obtiene un amor compañero pero sin química. La unión, por su parte, de pasión y compromiso da un amor fatuo en el que no se conocen las expectativas de la otra persona. Y con la suma de intimidad y pasión se alcanza un amor romántico en el que no hay compromiso».

Dado que las personas no pueden vivir al margen del amor, Rosa de Arquer facilitó algunos de los ingredientes necesarios para alcanzar una buena relación. Y éstos son: respeto a uno mismo y al otro, tener vida propia, establecer una relación de placer equitativa, saber adaptarse a los cambios, ser tolerantes y pacientes y tener buen humor.