E. V.

La primera velada ovetense de boxeo profesional después de casi una década sin combates de primera categoría en la ciudad, que fueron prohibidos en época de Antonio Masip y luego fueron decayendo, registró ayer un lleno absoluto. El millar de localidades del polideportivo municipal de Fozaneldi se vendió en apenas media hora y la organización tuvo que colgar el cartel de «no hay entradas». Según el promotor de la gala, Néstor Domínguez, «hacía mucho tiempo que no veía a un público tan entregado, que incluso se puso en pie cuando Aitor salió al cuadrilátero, fue todo un éxito social y deportivo».

La velada comenzó a las diez de la noche e incluía ocho combates de la categoría amateur, tres neoprofesionales y la esperada pelea entre Aitor Nieto, apodado «El Diamante», y el mallorquín Juan Carlos Rodríguez. Pese a que la lucha entre los cabezas de cartel comenzó en torno a la una de la madrugada, los asistentes jalearon todas las categorías y nadie abandonó su silla. La mayor parte de los aficionados provenía de asociaciones de boxeo de Gijón y Avilés, así como de la Federación Asturiana de Boxeo.

La organización cuidó hasta el más mínimo detalle la puesta en escena de cada combate, usando cañones de humo, música en estéreo y focos de luz al más puro estilo americano. El público fue abrumadoramente masculino y los entendidos ocuparon las localidades cercanas al cuadrilátero, mientras el resto se acomodó en las gradas.

La primera tanda de contrincantes no se anduvo por las ramas e hizo olvidar a los asistentes que estaban empezando en la categoría amateur. Golpes duros y directos, victorias por KO y varios hombres sobre las cuerdas demostraron que el boxeo asturiano está en forma. La pelea entre «El Diamante» y el mallorquín, muy igualada, finalizó con la victoria del ovetense por puntos en los seis asaltos. Nieto optó por un boxeo «de distancia», con golpes de izquierda que derrotaron a su rival. Oviedo vuelve a tener boxeo y un nuevo púgil ganador.