E. F.-P.

A petición de «L'Alderique», la abadesa de las Pelayas compartió algunos de sus proyectos. Entre ellos figura la renovación de la enfermería para atender en ella a las religiosas de más edad, cada vez más numerosas, sin privarlas de la vida monacal al final de su vida.

Está pendiente la restauración de la sala capitular y la conservación de los arcos del claustrillo, «muy representativos del románico asturiano». Además, la comunidad quiere habilitar una rampa de acceso al monasterio.

Sor Rosario del Camino comentó que las monjas están traduciendo al asturiano la Regla de San Benito, que rige la vida del monasterio. Ya lo hicieron hace años y ahora emprenden su revisión. «La comunidad de San Pelayo es muy querida en Oviedo y en Asturias y nosotras queremos mucho a la ciudad y la región», manifestó la abadesa durante la tertulia y, aún acatando «la responsabilidad» que eso supone, como le recordó uno de los asistentes, hizo notar que «es muy diferente una abadesa que un director general».