Elena FERNÁNDEZ-PELLO

Cinco mil socios, mil cofrades y la Balesquida sigue creciendo. «Está aumentando mucho el número de niños», indicó la tesorera de la sociedad protectora, Mari Luz Villafruela, y el vicepresidente, Javier Gómez Tuñón, explicó que para ser cofrade, además de nacer en Oviedo, hay que estar inscrito en el primer año de vida. «Los abuelos son fabulosos», reconoció el presidente, José Antonio Alonso, porque son ellos los que suelen encargarse de ello y de pagar las cuotas. «La tradición hay que conservarla», convinieron los tres. Fue ayer, en la presentación de las fiestas de la Balesquida, que comienzan la semana que viene, con el pregón de Juan de Lillo, el martes, a las ocho de la tarde, en el teatro Filarmónica.

La directiva de la Sociedad Protectora de la Balesquida presentó los actos religiosos, como el traslado de la Virgen de la Esperanza a San Tirso el día 23, el triduo del 24 al 26 y finalmente el responso ante el sepulcro de Doña Velasquita Giráldez, benefactora de la cofradía, y el regreso de la Virgen. Seguirán las celebraciones lúdicas, empezando por la salida del heraldo a caballo desde la plaza de la Catedral anunciando la fiesta, el 27 de mayo. El mismo día, de tarde, se disputará una nueva edición del campeonato de ajedrez para menores de 16 años, ya con 270 inscripciones. «En el futuro le daremos más realce», anunció Gómez Tuñón. El día grande, el del bollo, será el martes 29 de mayo. Los doscientos primeros bolos preñaos serán enviados a la Cocina Económica.

Este año, obras de Fernando Alba y Estrella Campón, incorporadas a la pinacoteca de la Balesquida, decoran la portada y contraportada de la revista de las fiestas.