Elena FERNÁNDEZ-PELLO

Julio García Maribona ha constatado «un extraño pudor por mostrar lo íntimo de nuestra historia» y ha comprobado que, por cercano y familiar, se tiende a restarle importancia. «Nuestra historia está en nuestros recuerdos», afirma y por ello, sostiene, es preciso registrarlos. «Cada vez hay menos vieyinos de los de antes a los que preguntar, de los que conocen las costumbres ancestrales y los oficios de los pueblos», señala José María Constantino Martínez. Ambos, García Maribona y Martínez, publican artículos de carácter etnográfico en el quinto anuario de la Asociación cultural y recreativa La Piedriquina, de Las Regueras, que ayer se presentó en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA.

Esta nueva entrega se abre con un artículo sobre el hospital de peregrinos de San Miguel de El Escamplero, de José Luis Martínez, que ha comprobado, en archivos y documentos, que el establecimiento, que en ocasiones se confundía con la venta de El Escamplero -luego Casa Concha-, permaneció abierto hasta el siglo XIX.

Enrique Pachín, un vecino emprendedor, «tremendamente popular» e «inmerso en todos los folclores», protagoniza la semblanza firmada por José María Constantino Martínez, y Virginia Río dedica un artículo, con numerosas fotografías, a las arcas talladas en el concejo de Las Regueras. «Las arcas son arte», declaró. Río analiza la decoración de estos muebles. «Va evolucionando a lo largo de los siglos: la rosa hexapétala, nacida del uso del compás y símbolo del sol, es sustituida por la cruz, el nuevo sol, la nueva luz», indicó.

En este número de la revista de La Piedriquina, que coordina Rosa María Rodríguez, Julio García Maribona publica un artículo sobre un héroe medieval local, Bellito Auriolis, y Feliciano Suárez presenta un estudio sobre los topónimos del concejo relacionados con las explotaciones mineras. Hay fotografías de la fiesta de Villanueva de 1958 y Rosa María Rodríguez escribe sobre la cultura del pan y la aldea de Santaolaya de Villaperi.

Ángeles Sánchez y Gloria García también colaboran en la publicación y también Blanca Valdés, que ayer, antes de finalizar el acto en el Club, leyó unos versos de Marcos de La Cay.