L. S. NAVEROS

Este año y el siguiente los ovetenses tendrán que estar pendientes del recibo del Impuesto de Bienes Inmuebles, popularmente conocido como «contribución». Al recargo del 10 por ciento que por decisión del Gobierno del Estado se aplicará este año al impuesto sobre las propiedades inmobiliarias se sumará, el año que viene, la entrada en vigor de los nuevos valores catastrales, una revisión que no se hace desde 1995, y que lleva, según los plazos legales, casi siete años de retraso.

La primera subida, que se notará en todos los recibos de forma homogénea, viene de la mano de la crisis económica y de las medidas adoptadas por el Gobierno central para intentar reducir el déficit de las administraciones públicas. Este incremento fue aprobado por el primer Consejo de Ministros del Gobierno de Mariano Rajoy, que decretó un recargo del 10 por ciento en el IBI para todos los municipios en los que la última revisión catastral colectiva se hubiera efectuado antes de 2003, es decir, no hubiera reflejado los años de «boom» inmobiliario. Ése es el caso de Oviedo, cuyos valores catastrales se revisaron en 1995, entraron en vigor en 1996 -ocasionando una fuerte polémica ciudadana, conocida como el «catastrazo»- y sólo se actualizaron año a año, con la ley de Presupuestos del Estado, con las subidas del IPC. En la capital, pues, ese recargo se sumará a la subida aprobada por el Ayuntamiento para este año, que es del 2,4 por ciento, lo que dejará el tipo impositivo -el porcentaje que se aplica sobre el valor catastral del inmueble para calcular el recibo del IBI- en el 0,830 por ciento. Con esta subida, el recibo del IBI para una familia media, que tenga por ejemplo un inmueble valorado en 60.000 euros y haya pagado el año pasado 400 euros de IBI, verá incrementado este año el recibo en 50 euros.

La cuestión es más compleja de cara al año 2013, cuando entre en vigor la nueva ponencia de valores catastrales que ha elaborado la gerencia del Catastro en colaboración con el Ayuntamiento de Oviedo. Para ese año, una parte de los contribuyentes verán incrementado su recibo de IBI, pero otros, los que hayan comprado sus pisos más recientemente y, por tanto, tengan su valor actualizado, no notarán variación o incluso podrían percibir una reducción en la factura. Según los datos que maneja el Ayuntamiento, y siempre con la salvedad de que cada inmueble se revaloriza dependiendo de sus condiciones concretas -año de construcción, ubicación, metros de superficie, etcétera-, la subida media de los valores catastrales de los inmuebles de Oviedo será de un 50 por ciento, «el resultado de multiplicar el valor actual de los inmuebles por 1,5 por ciento». Es decir, el mismo piso, valorado en 60.000 euros, pasaría a estar tasado en 90.000 euros.

Para que los ovetenses no noten a causa de la revisión catastral un brusco incremento de los recibos del IBI, en un momento de ahogos para numerosas familias asturianas, el equipo de gobierno del PP tiene dos mecanismos: aplicar la revisión catastral diferida, y bajar el tipo impositivo -el porcentaje que sirve para calcular el impuesto- para que no se dispare la factura. La primera de las decisiones ya está tomada: la revisión del Catastro se notará en el IBI de forma paulatina, a lo largo de los próximos diez años. Cada ejercicio, la base imponible -el valor de cada finca- aumentará en un diez por ciento, hasta llegar una década más tarde a reflejar en su integridad la nueva tasación aprobada por el Catastro.

En cuanto al segundo caso, la incógnita se despejará antes del próximo 1 de julio, fecha límite para que el Ayuntamiento de Oviedo apruebe en el Pleno el nuevo tipo impositivo que regirá en 2013. El PP siempre aseguró que rebajaría el tipo del impuesto, para aminorar el impacto de la revisión sobre los bolsillos de los ciudadanos. Ahora, el equipo de gobierno tiene que tener en cuenta si el Gobierno central va a suprimir el recargo del 10 por ciento que se aplicará este año, y también cómo afecta la aplicación diferida de los nuevos valores catastrales. Lo que asegura el PP es que intentará reducir el impacto económico del IBI, cuyo aumento llega en el peor momento. «Ajustaremos el tipo impositivo para mantener globalmente el mismo nivel de recaudación, no queremos aumentar el volumen de ingresos», asegura el concejal de Economía, Jaime Reinares. El Ayuntamiento sigue, entre tanto, trabajando en colaboración con el Catastro para exponer al público la ponencia de valores después del verano.

El IBI

El impuesto

Es un tributo municipal que se calcula aplicando un porcentaje -el tipo impositivo- sobre el valor catastral de cada inmueble.

En 2012

El Gobierno aprobó un recargo del 10 por ciento en el IBI de este año para los municipios que hayan revisado sus valores catastrales antes de 2003. Oviedo lo revisó en 1996. El IBI subirá este año ese 10 por ciento más el 2,4 aprobado por el Ayuntamiento, lo que deja el IBI en el 0,830 por ciento del valor catastral de cada piso.

En 2013

El año que viene entrará en vigor la revisión de los valores catastrales, que no se actualizan desde hace 17 años. Los valores catastrales de los pisos que sirven para calcular el IBI subirán, de media, un 50 por ciento, aunque esto afectará en mucha menor medida a los inmuebles nuevos que tengan su valor actualizado. Para atenuar la subida, la revisión de los valores se aplicará de forma gradual, de forma que el valor aumentará un diez por ciento al año durante 10 años. El PP está estudiando qué nuevo tipo impositivo aplicará para que la revisión catastral no suponga un «catastrazo», ya que, según afirma Reinares, «el volumen global de ingresos por el IBI se mantendrá».