Nuevo delegado de la Agencia Estatal de Meteorología en Asturias

Oviedo,

Félix VALLINA

«Hay que cuidarse del Sol, la capa de ozono está disminuyendo y el índice ultravioleta tiene cada vez más impacto». Lo recomienda el nuevo delegado de la Agencia Estatal de Meteorología en Asturias, Manuel Mora García (Madrid, 1966) mientras explica cómo funciona un aparato que mide las radiaciones en la sede de Oviedo, su nuevo centro de trabajo. Mora García es licenciado en Ciencias Físicas por la UNED y posee el diploma de Estudios Avanzados por la Universidad de Salamanca. Ingresó en la Aemet como observador de meteorología en 1985, pasando al cuerpo de diplomados en 1990, donde ocupó puestos de predictor operativo en varias unidades. En la actualidad, pertenece al Cuerpo Superior de Meteorólogos del Estado y ha sido predictor del Centro Nacional de Predicción, jefe de unidad y técnico superior de estudios y desarrollos.

-Cambio climático en Asturias.

-Sí, hay un cambio, pero hay que reconocer el trabajo del anterior delegado territorial, Íñigo Caballero, que ha hecho muy buena labor y nos ha dejado el terreno listo para seguir trabajando. Mi idea es seguir su línea y, entre otras cosas, tratar de aumentar la presencia institucional de Aemet en la región a través de convenios con otras instituciones. También trabajaremos para seguir aumentando la calidad del servicio que les ofrecemos a los ciudadanos.

-Ahora, en serio, ¿lo del cambio climático, el de verdad, ha sido una moda pasajera o es en realidad preocupante?

-El cambio climático es un hecho constatado. Antes había incertidumbres, pero ahora ya se puede afirmar de forma rotunda. Hay un incremento de la temperatura media del planeta y se puede asegurar casi al cien por ciento que ese cambio es consecuencia de la acción del hombre. Está claro que la temperatura media del planeta ha subido en los últimos cien años una media de 0,7 grados, que, aunque no lo parezca, es mucho. Además, el nivel del mar también está creciendo y han disminuido los hielos, entre otras cosas.

-¿Y en qué grado le puede afectar todo eso a Asturias?

-Al ser una zona costera se ve afectada por la subida del nivel del mar, que crece anualmente pocos milímetros, pero que a lo largo de los años provocará la pérdida de costa. En cuanto al clima también cambiará, subirán las temperaturas y probablemente disminuirán las precipitaciones. Eso conllevaría la pérdida de algunos ecosistemas, cambios en los tipos de cultivos, mayor riesgo de incendios...

-¿Entonces las localidades costeras asturianas también corren peligro a largo plazo?

-España es un país desarrollado y tiene medidas de protección que se pueden tomar, pero se necesitarían muchos años para notar cambios sustanciales. Lo que sí es probable que ocurra es que los fenómenos adversos, los temporales de cualquier tipo, puedan ser más intensos en todo el territorio debido al cambio climático.

-¿Diría que Asturias esta bien preparada para afrontar el azote de los fenómenos adversos?

-Yo creo que sí. Esta región está acostumbrada a la nieve, al agua, al viento... Hay infraestructuras para soportarlos. Quizás a lo que más vulnerable sea Asturias es a posibles olas de calor, ya que no son frecuentes. Si fueran muy intensas podrían afectar a la población más vulnerable, además de favorecer los incendios forestales. En el supuesto más negativo, podrían aparecer enfermedades tropicales o plagas que acaben con los cultivos.

-Este año han vuelto a registrarse riadas a consecuencia de las lluvias.

-En eso influyen muchas cosas. Por un lado, la intensidad de las precipitaciones y, por otro, el grado de humedad del suelo, la limpieza de las zonas y los desagües...

-Hablaba usted antes de olas de calor, ¿va a venir un buen verano?

-Las previsiones estacionales son un producto experimental y no son muy fiables. La verdad es que decir ahora algo concreto sobre el tiempo que va a hacer este verano sería aventurarse mucho y probablemente tener muchas opciones de equivocarse. Lo único que puedo decir es que, a día de hoy, las previsiones apuntan a que no va a haber mucha diferencia con respecto a otros años en cuanto a temperaturas y días de lluvia, aunque ya les digo a los lectores que no se fíen, porque todavía es pronto para predecir lo que va a ocurrir durante este verano.

-¿Cómo han cambiado los estudios sobre meteorología desde que usted empezó?

-Pues muchísimo. Sobre todo, a partir de que se fueron desarrollando los ordenadores. La evolución en estos últimos 30 años ha sido muy notable. El Centro Europeo de Predicción a Plazo Medio, al que pertenece España, tiene un modelo de predicción que es de los mejores del mundo. Además, la Aemet también ha desarrollado modelos de alta resolución. Los satélites también han avanzado mucho desde el primer «Meteosat» (1977), es un avance constante, con inversiones en infraestructuras, radares, sondeos...

-O sea, que las predicciones son ahora mucho más fiables.

-Por supuesto. Según datos del centro europeo, en los ochenta del siglo pasado, cuando comenzaron las primeras predicciones, el porcentaje de acierto que se tenía a tres días es el mismo que se tiene ahora a cinco.

-¿Y qué probabilidad es ésa?

-Pues las probabilidades son muy altas. Es difícil precisar un porcentaje, pero en términos generales es muy alta, sobre todo hasta el tercer día.

-Entonces ¿por qué hay tanta gente que piensa que el hombre del tiempo siempre se equivoca?

-Bueno, el tiempo en un mismo día puede ser muy variable, sobre todo aquí en Asturias. Puede amanecer nublado y con llovizna y despejar rápidamente para dejar un Sol espléndido. Eso es muy difícil de plasmar en una predicción, a lo mejor nosotros habíamos dicho que iba a haber precipitaciones y acertamos, porque sí las hubo, pero si alguien se levanta a las once de la mañana y ve el Sol no es consciente de que ya ha llovido. Además, hay que tener en cuenta que no es lo mismo la zona costera que el interior, aquí la orografía es determinante.

-También juegan con desventaja, el tiempo siempre ha sido un tema de conversación socorrido y hoy en día casi todo el mundo lleva un meteorólogo en el móvil.

-En los orígenes del hombre, cuando era cazador, ya se miraba al cielo. El hombre siempre ha sido dependiente del tiempo. En cuanto a lo de los móviles, cualquier medio de información es bueno, aunque hay que recordar que las fuentes oficiales siempre tienen unas garantías y es importante saber que hay mucha gente trabajando detrás para ofrecer un servicio de calidad. Por ejemplo, aprovecho para decir que hay que tener muy en cuenta las alertas de la Aemet. Tenemos datos muy fiables y como servicio público nuestra obligación es velar por el ciudadano.

-¿Qué trabajo se hace desde la sede de la Aemet de Oviedo?

-Esto es una delegación territorial. La Aemet tiene ahora presencia institucional en todas las comunidades autónomas y por eso desde el año 2008 el observatorio de Oviedo ha pasado a ser la delegación territorial en el Principado de Asturias. Nuestra labor es representar a la Aemet en la comunidad a nivel de relaciones con el Principado, ayuntamientos, entidades..., así como satisfacer las necesidades de información meteorológica del ciudadano. Además, aquí en Oviedo tenemos un observatorio que funciona las 24 horas, unas 20 estaciones automáticas distribuidas por el resto de la región y otras 60 estaciones de colaboradores.