IU de Oviedo organiza mañana una charla en el Club de Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA con Antonio Gutiérrez para debatir sobre la recuperación de la izquierda. El retroceso histórico se mide por la pérdida de calidad democrática y devaluación progresiva de los derechos conquistados por la izquierda y asumidos por liberales y conservadores en un «compromiso histórico» tras la II Guerra Mundial. La derecha se retira de este pacto y vuelve a las concepciones dogmáticas de las democracias de entreguerras.

El mundo es ya otro queriendo ser el mismo de aquellos años treinta en los que Roosevelt denunció a quienes sólo se preocupaban de las leyes del beneficio. La izquierda tiene que reorganizarse y, sobre sus principios plenamente vigentes, encontrar una nueva fórmula para ser un instrumento útil para la gente y para defender el Estado social y democrático de derecho, la construcción más exitosa del género humano y que las élites económicamente más poderosas quieren erradicar. Ya lo intentaron en su día y el resultado fue fascismo, totalitarismo y una guerra mundial. La izquierda tiene que entender que debe comenzar de nuevo, y que se encuentra en un año cero.

La utilidad y eficacia de la izquierda radica en su capacidad para generar una amplia alianza programática que genere un bloque social de progreso electoral, político, sindical y cultural capaz de generar políticas de transformación social. La ofensiva liberal es tan agresiva y con efectos tan demoledores que los tiempos exigen una propuesta política que supere barreras orgánicas y partidarias. Se necesita un fuerte polo de izquierdas cohesionado por el compromiso de defender la justicia social.

Para no repetir los errores cainitas de siempre sólo existe una fórmula: más democracia. Nuestros programas, nuestras listas electorales, nuestras formas de organización han de ser abiertas a nuestros militantes y simpatizantes, a los ciudadanos. Nuestros líderes y representantes, y lo que defienden, ha de ser fruto de la votación libre, directa y secreta de quienes nos apoyan. Esto diluye el poder del aparato orgánico y sitúa a los partidos en su principal función, que es el análisis político, la discusión ideológica y la propuesta estratégica. Por otra parte, los obliga a trabajar permanentemente para convencer a su base social y no a mandar. El liderazgo se ganará día a día demostrando tener a la mejor gente y las mejores propuestas, y no en negociaciones abordadas desde el prisma interno. También previene mejor que los partidos caigan en la lógica de las élites económicas, y se esfuercen por servir a los intereses de quienes les votan.

Oviedo es una ciudad donde la izquierda puede organizarse en torno a una propuesta electoral muy amplia que supere las fronteras de los partidos y pueda ser una opción ganadora. Una propuesta electoral muy plural, fertilizada por gentes diversas de la izquierda social que permanecen fuera de los partidos y legitimada por elecciones primarias. La izquierda tiene que entender que sólo siendo capaces de acordar entre nosotros seremos capaces de generar cambios sociales perdurables. El actual retroceso histórico requiere altura de miras, generosidad e inteligencia. Y, sobre todo, humildad para saber que los modernos partidos han de servir para pensar y organizar instrumentos políticos más allá de ellos y más cerca de la gente. Oviedo por la Izquierda pretende ser una pequeña aportación en esta dirección. La elección de Antonio Gutiérrez como primer conferenciante para este debate no ha sido inocente.