Ana Paz PAREDES

El salón de grados de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Oviedo registró ayer un lleno absoluto para tomar parte en un sentido homenaje de esta institución a quien fue su vicedecana desde 1992, María Ángeles Rodríguez Braña, fallecida el pasado mes de enero, a los 53 años. El rector de la Universidad de Oviedo, Vicente Gotor, acompañado por el decano de la Facultad, Norberto Corral, y el subdirector del departamento de Física, Jesús Prieto, presidieron un acto lleno de emoción en el que amigos, compañeros, alumnos y familiares aportaron sus recuerdos de profesión, de amistad y de vida junto a «Marigel».

Así quedó constancia en aquel salón, y a través de la palabra y el sentimiento de los ponentes, que María Ángeles Rodríguez Braña fue una mujer luchadora y generosa, con una vitalidad desbordante; enamorada de su profesión como docente y al mismo tiempo como investigadora; batalladora por el reconocimiento del papel de la mujer en todos los campos pero, sobremanera, en el mundo de la ciencia; conversadora brillante, con gran sentido del humor y pieza fundamental en la consecución, para la Facultad de Ciencias, del doble grado de Física y Matemáticas.

Ella fue la principal impulsora para traer a Oviedo la exposición «Con A de astrónomas», que tuvo lugar el año pasado en el auditorio Príncipe Felipe, y que cosechó un rotundo éxito de público. A través de grandes paneles y módulos interactivos se hacía un recorrido histórico con las contribuciones que las mujeres había hecho a la Astronomía, desde las primeras aportaciones de Aglaonike de Tesalia, la primera astrofísica de la antigua Grecia, hasta astrofísicas tan relevantes como Carolina Herschel.

Jesús Rodríguez, amigo y compañero de estudios, recordó sobremanera el año 1987: «Estábamos cargados de expectativas. Recuerdo cuando participamos conjuntamente en un programa de juventud y naturaleza». Ese año María Ángeles Rodríguez -tras cursar sus estudios de Ciencias en Santander y obtener la licenciatura en Física en 1980 en Valladolid-, se había integrado en el Servicio de Sanidad Ambiental de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León, en calidad de físico del medio ambiente. «En aquellos trabajos había una fuerza mayor, la de la amistad y la de la capacidad de compartir utopías».

Laura Elbaile Viñuales, investigadora y amiga de Marigel, fue la segunda en intervenir. A título profesional recordó la preocupación de la docente por la contaminación atmosférica y se remontó al año 2002, cuando, en su actividad investigadora, publicó el primero de unos trabajos que tendrían continuidad en el tiempo. «Durante todos estos años ella ha sido el motor de su grupo de investigación». Destacaron su perseverancia y su capacidad de evadirse de la enfermedad para continuar su vida como siempre la había entendido. «En julio de 2010 llegó la enfermedad, el cáncer, y sin embargo siguió trabajando con ilusión y sin desfallecer, organizando todo tipo de actos: talleres, mesas redondas, ciclos de conferencias...».

Una de sus alumnas, María Domar Rodríguez, destacó su «naturalidad y su simpatía. Nos contagiaba su vitalidad. Jamás perdió la ilusión ni la sonrisa mientras iba y venía del hospital a la Facultad. Era de ese tipo de personas que nunca se rinden y que entienden que la vida es una fiesta. Nos dio lecciones de pasión, de coraje y de amor por su trabajo».

Otra investigadora y también amiga de la homenajeada, María Pilar García del Moral, encontró en ella, «su jefa», «calidez humana y también una gran capacidad transformadora. Luchó mucho por la exposición de mujeres astrónomas y además realizó una importantísima labor motivadora entre los jóvenes, para que se acercasen a la Física. Igualmente luchó por conseguir una formación en igualdad y en hacer visible el trabajo de la mujer en la ciencia». El decano de la Facultad de Ciencias, Norberto Corral, corroboró lo dicho por todos los anteriores y añadió que Marigel «siempre tuvo una gran fortaleza mental: era una gran entusiasta y poseía una gran voluntad de trabajo».

Por su parte, Jesús Prieto, subdirector del departamento de Física, resaltó «la gran generosidad de su compañera de docencia» dando lectura a un poema de Pedro Lezcano titulado «De la amistad». La poesía también estuvo presente en los versos de Antonio Machado y de la poetisa Wislawa Szymborska. Antes de que la hermana de la homenajeada cerrase ayer el acto en la Facultad de Ciencias, el rector de la Universidad, Vicente Gotor, quiso resaltar de ella «los 23 años dedicados a la docencia y la investigación de una forma ejemplar».

El momento más emotivo lo protagonizó su hermana Ana Luz Rodríguez, quien, con voz entrecortada, desgranó la vida y la obra de Marigel. «En 2010, lejos de deprimirse cuando le comunicaron que tenía cáncer, organizó con una ilusión desbordante "Con A de astrónomas". Siempre fue una mujer de muchos proyectos, valiente, defensora de la enseñanza pública. A finales de 2011 fue consciente de su finitud. Luchó hasta el final por un mundo mejor con fuerza y sin miedo», finalizó.