Mónica RIVERO

Este fin de semana el municipio de Oviedo se llena de fiestas. Ayer, sábado, la tradicional paellada de San Antonio en Fitoria dio de comer a más de 1.600 personas, que acudieron durante toda la mañana. Los asistentes disfrutaron de la sesión vermú y de una degustación de vinos españoles, a pesar de que las nubes estuvieron presentes e incluso dejaron caer algunas gotas aisladas. La paella, que cocinan cada año los miembros de la sociedad festivo cultural de San Antonio, requirió más de 180 kilos de arroz y toda la carne que lleva fue comprada a algún vecino que se dedique a la carnicería; «todo queda en familia», bromeaba uno de los directivos de la asociación. Además, la ya famosa paella contó con espectáculo de sobremesa. Pequeños y mayores amenizaron la tarde con el festival popular «Qué tiempo tan feliz», con el que interpretaron viejas canciones, poesías y bailes. Las actuaciones, que se abrieron con un poema dedicado a los abuelos, hicieron las delicias de los asistentes. Al finalizar se hizo entrega del Memorial «José "El Xarreru"», un premio destinado a todos aquellos que trabajan para lograr que la localidad «sea un lugar de referencia» en el concejo. Este año el premio recayó en «las lavanderas de Fitoria», las mujeres del pueblo que, siguiendo un viejo oficio ya desaparecido, consiguieron darse a conocer en la capital. Por la noche se cambió la paella por las costillas y el chorizo criollo, una gran parrillada y la actuación de las orquestas «Luna Negra» y «Boreas» puso el broche final. Un día lleno de sidra y buena comida. «El que venga a las fiestas de Fitoria no va a pasar ni sed ni hambre», destacó uno de los directivos de la asociación, Alberto González.

Fitoria acogerá hoy domingo el VIII Concurso de tortillas, con un premio al sabor y otro a la originalidad. La actividad comenzará a partir de las doce y tras la entrega de premios se trocearán las tortillas junto con jamón serrano para su degustación. La única tortilla que no constará en el menú será la ganadora del premio a la originalidad, que estará expuesta durante todo el día. La tarde del domingo estará dedicada a los más pequeños, que a las seis podrán disfrutar de una chocolatada.

El lunes es, sin embargo, el día más esperado por los organizadores: la traca final de fuegos artificiales ha ido haciéndose un hueco entre los eventos veraniegos, «hasta estamos cogiendo nombre», asegura orgulloso Rafael Ruiz, también miembro de la junta directiva de la asociación. Durante la tarde se repartirá el bollo y el vino. Ya a las seis y media se celebrará el tradicional festival folclórico con la agrupación «Ventolín», de Pola de Siero, y el grupo de baile tradicional de Fitoria.

Los festejos de Fitoria coinciden con los de La Florida, que dedicará el día de hoy a los más pequeños, y que mañana también repartirá su bollo. Este año y para ayudar a los que menos tienen, se entregará un kilo de comida no perecedera, que será donada a la residencia de ancianos Virgen del Rosario. Las fiestas de La Florida, que también finalizarán con fuegos artificiales, contarán con la actuación, el lunes a las nueve de la noche, de Mario, de «Operación triunfo».

La parroquia de San José de Pumarín también está de fiestas, las de las bodas de oro de la inauguración de su iglesia. El edificio fue diseñado por el arquitecto José María García Velasco, y estos días celebra el medio siglo desde su consagración como templo parroquial.

Ayer, a las siete y media de la tarde, se celebró una misa solemne presidida por el decano de los sacerdotes de Asturias, Manuel Fernández Flórez, y concelebrada por el vicario de la diócesis, Alberto Reigada; así como por todos los sacerdotes que han estado o están en la parroquia. Después de la misa, los feligreses pudieron disfrutar de una espicha, en la que los vecinos y parroquianos aportaron la comida y la buena compañía.