E. VÉLEZ

El que fuera secretario general del Ayuntamiento durante dieciocho años, Luis Arce Monzón, falleció ayer a los 87 años en Oviedo. Personaje imprescindible del proceso de transición democrática de la Corporación municipal a finales de los años setenta, trabajó codo con codo con cinco alcaldes, Manuel Álvarez-Buylla, Félix Serrano, Eloína Suárez, Luis Riera y Antonio Masip, para asesorarles legalmente e iniciar la modernización de todos los servicios y órganos municipales. Su trabajo en el Consistorio es comparable al ejercido por el abogado y reconocido jovellanista Alfredo Villa en Gijón durante veintiún años, también tristemente desparecido hace ahora un lustro.

Al margen de su labor de hombre de leyes, la vida de Arce Monzón estuvo ligada indiscutiblemente a la figura de su padre, el brillante pedagogo Baudilio Arce y Arce, de quien heredó el amor por el estudio y la constancia. El que fuera secretario general del Ayuntamiento nació en Oviedo en 1925. Estudió de niño en las escuelas públicas Rafael Altamira del barrio de San Lázaro y en el colegio de la calle Quintana. Cursó la enseñanza media en el entonces llamado Instituto Nacional y acabó el Bachillerato con matrícula de honor. Sus inquietudes intelectuales pronto le llevaron a matricularse en Derecho en la Universidad de Oviedo, de la que salió bajo el brazo con uno de los sobresalientes de la promoción académica de los años 1944 a 1949.

Tan sólo tres años más tarde ingresó por oposición en el Cuerpo Nacional de Secretarios de la Administración Local y su buen hacer le llevó a ocupar las secretarías de los ayuntamientos de Cudillero, Llanera y Castrillón, al tiempo que trabajaba en la Diputación Provincial bajo la presidencia de José López-Muñiz, donde la meticulosidad de sus informes jurídicos fue crucial para la puesta en marcha de organismos como un consorcio de abastecimiento de agua y saneamiento en el centro de Asturias.

Su vinculación con el Ayuntamiento llegó en 1966 cuando accedió al cargo de oficial mayor y, posteriormente, en 1972, fue nombrado secretario general. Fue en este último puesto donde Arce Monzón se alzó como uno de los principales artífices del ajuste y elaboración de una nueva administración local acorde a la Constitución de 1978. Coincidiendo con su jubilación en 1990, el Pleno del Ayuntamiento, a propuesta del entonces alcalde Antonio Masip, le concedió la medalla de oro de la ciudad y puso su nombre a la biblioteca del Consistorio en reconocimiento a su arduo trabajo para ponerla en funcionamiento.

Entre sus méritos destaca también la Orden al Mérito Civil que recibió en 1965, y la elección como miembro de número de la Academia Asturiana de Jurisprudencia en 1976, durante un acto todavía hoy recordado por la fuerza de su discurso inaugural, pionero y atrevido para su época, y que versó sobre «La autonomía municipal en el Derecho español».

Como miembro fundador y secretario de la Academia de Jurisprudencia, dirigió varios años la revista jurídica asturiana, editada por el propio organismo, y en la que publicó numerosos artículos e investigaciones. Arce Monzón fue un referente en Derecho Administrativo local, nacional e internacional, y escribió múltiples trabajos y estudios, entre los que destacan «El recurso de reposición en la administración local», «La contratación en las corporaciones locales» o «Las excepciones a los planes de urbanismo».

El ex secretario general del Ayuntamiento estaba casado con Concepción Janáriz, hija del comandante Janáriz, con quien tuvo dos hijos: María Isabel Arce, licenciada en Derecho, y el actual letrado mayor de la Junta General del Principado, Alberto Arce. El funeral tiene lugar hoy, a la una de la tarde, en la iglesia de Santo Domingo, conocida como los Dominicos, para, acto seguido, recibir sepultura en el cementerio de El Salvador.