Ignacio FAES

El Naranco, punto de interés turístico por excelencia, contará con una nueva atracción distinta del Prerrománico y el Sagrado Corazón. La Asociación para la Recuperación de la Arquitectura Militar Asturiana (ARAMA) trabaja, en colaboración con el Ayuntamiento, para adecentar y hacer visitable el conjunto fortificado que esconde el monte ovetense.

El arqueólogo Alfonso Fanjul dirige las obras de recuperación de las trincheras y casamatas, una de ellas ya terminada. «Nos encontramos de todo, desde viejos casquillos hasta reconstrucciones mal hechas por los propios ciudadanos», señala Fanjul. «Nos hemos llegado a encontrar hasta cañones de plástico a modo de atrezzo», añade.

Artemio Mortera, presidente de ARAMA, lamenta que haya personas que se dediquen «a hacer lo que les dé la gana y desvirtuar las construcciones». «Han intentado incluso sabotear las labores del equipo arqueológico. Habría que denunciarlo ante la Policía», indica Mortera. «Para la asociación, lo más importante es proteger estas estructuras», añade. ARAMA tiene previsto colocar paneles informativos para visitantes sobre las construcciones.

Los arqueólogos trabajan a escasos metros de la imagen del Sagrado Corazón, donde ha aparecido un conjunto de trincheras -que nace en el mirador de la cima del monte- y un puesto de observación que mira a la ciudad. «La idea es que la gente que suba a visitar la imagen del Cristo, pueda caminar a través de la trinchera hasta llegar al mirador», informa Alfonso Fanjul.

Por su parte, los concejales Gerardo Antuña y Belén Arganza, que visitaron ayer las obras, coinciden en que los trabajos dirigidos por Fanjul aumentarán el interés turístico del Naranco. «Cada vez hay más personas que hacen turismo de guerra, no hay más que fijarse en la zona de Normandía», señala Antuña. «Además, en tiempos de crisis es bueno promover estos campos de trabajo», añade Arganza.