Jarrio (Navia), Tania CASCUDO / Elena FERNÁNDEZ-PELLO

El consejero de Sanidad, Faustino Blanco, encuadra dentro de la «normalidad» la avería en las líneas de alta tensión del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) que duró trece horas y obligó a suspender las operaciones y pruebas diagnósticas programadas en la residencia Covadonga. Durante su visita al hospital de Jarrio, el Consejero manifestó que «incidentes» como el del pasado martes, en «una gran organización» como el HUCA, «se producen en el mundo de la empresa de forma habitual» y lo desvinculó de la antigüedad del edificio. «No tiene que ver con los años que tiene el Hospital, es una avería», declaró.

La actividad durante el día de ayer, según fuentes del complejo sanitario, transcurrió sin nuevas incidencias, una vez restituido el suministro eléctrico el martes, a las siete y media de la tarde. Desde primera hora de la mañana, el personal sanitario realizó las operaciones, pruebas diagnósticas y consultas programadas para ayer y, según el personal, fueron atendidos algunos pacientes afectados por la suspensión de servicios del día anterior. Entre tanto, según fuentes hospitalarias, los técnicos continuaban trabajando «para garantizar la solución definitiva de la avería».

Faustino Blanco aseguró que la atención «en los puntos críticos» del HUCA está «garantizada». «No ha pasado nada en la uvi (unidad de vigilancia intensiva), en diálisis ni en sitios críticos», destacó, y añadió que el Hospital está preparado para esta clase de contingencias, porque «tiene no uno sino varios sistemas alternativos, de cogeneración y las unidades autónomas». Aún así, en un apagón como el del martes, según el Consejero, «no podemos sustituir el cien por cien» el suministro de energía y es necesario «seleccionar lo que se para», en ningún caso las intervenciones de emergencia. El martes se suspendieron todas las intervenciones y pruebas diagnósticas programadas en la residencia Covadonga, salvo las de urgencia que se trasladaron a Maternidad y al antiguo Hospital General.

«Aunque ocurriera otra vez, el Hospital no sufriría ninguna situación de riesgo», afirmó el titular regional de Sanidad.

Blanco explicó que en la reparación de la avería se tardaron entre cinco y seis horas. «Casi se tardó más en localizar», comentó. Algunos trabajadores del HUCA incidían ayer en ese aspecto. Marga Rodríguez, en la plantilla de la residencia Covadonga y delegada del sindicato de Enfermería Satse, contó que «lo difícil fue acceder a la avería. Es un edificio de más de cincuenta años y pocos conocen los sótanos. No se tardó en arreglar, se tardó en encontrar».

«Estamos acostumbrados a trabajar con recursos muy limitados, con plantillas muy limitadas, así que la calidad de la asistencia a los pacientes no se resintió», apunta Rodríguez. Eso sí, advierte, «si hubiera durado dos días no hubiéramos podido aguantar».

Marga Rodríguez afirma que ni las supervisoras de Enfermería con más de treinta años en el Hospital recuerdan «un apagón de tal magnitud, de tantas horas. Fue algo histórico».

Una portavoz del SIMPA, también trabajadora de la residencia Covadonga, daba fe de que «aunque éste es un edificio antiguo no se permiten fallos en el mantenimiento. Los servicios de mantenimiento del Hospital trabajan veinticuatro horas».

Esta profesional recordaba un avería en el suministro eléctrico en 2010, «pero, aunque aquella vez ya había empezado el trabajo en los quirófanos, fue poco tiempo».

El apagón en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) reaviva el interés por el traslado al nuevo edificio de Prado de la Vega y su inauguración. «El HUCA ya está ahí, pero no viene el consejero con una llave y lo abre», replicó el consejero de Sanidad, Faustino Blanco, a las preguntas que ayer le formularon los periodistas sobre su apertura.

Blanco, como ya hizo en la Junta General del Principado tras su llegada a la Consejería, dio como «razonable» un plazo de un año para su puesta en funcionamiento.

«Su apertura necesita un proceso», indicó el consejero. «No es una mudanza, es un cambio de estilo de trabajo y debería exigírsenos que no improvisáramos», añadió.

Las obras de construcción del Hospital de La Cadellada empezaron el 7 de junio de 2005. Tras muchos bailes de cifras, el precio total del HUCA quedó fijado en 1.300 millones de euros. El plazo inicialmente dado a las empresas constructoras, de 54 meses, concluía el 7 de diciembre de 2009, pero fue prolongado en tres ocasiones. En la primavera de 2011, con el socialista José Ramón Quirós en la Consejería, finalizaron las obras. El edificio lleva más de un año acabado y vacío.

El Ejecutivo socialista mantiene el otoño de 2013 como feha de apertura de la mayor infraestructura sanitaria regional, a pesar de que es más que probable que introduzca cambios estratégicos, como en los sistemas de comunicaciones.