Con viejos seminaristas, visité el monasterio de San Juan de Corias (Cangas del Narcea). Fundado por inspiración divina en 1032, lo glorificaron los benedictinos durante 800 años. Tal día como hoy, en 1763, un incendio destruyó el cenobio, salvo la iglesia. El grandioso edificio actual se inició en 1773, con el abad Isidoro Estébanez, el arquitecto Taela y tres aparejadores, José Varela y los hermanos fray José e Hilarión Ugaldea, y se terminó en 1808; con cantería de Rengo, Villauril y Villadestre. La desamortización de 1835 echó a los benedictinos y en 1860 Isabel II lo entregó a los dominicos. Quedan cuatro; uno de ellos, Francisco Javier «Pachi» García Peñamedrano nos enseñó la iglesia y sus últimos reductos. La rumbosa inspiración humana lo ha convertido en parador; ¿será rentable? Con Pachi y, a lo sumo, otros tres, quizá; moviéndose mucho.