Las grandes historias se escriben desde las más pequeñas, y la de la revolución punk-rock de la segunda mitad de los setenta (esa que tanto molesta a los que se entregan en brazos de la industria, del «stablishment») se narra con pequeños relatos como el de los «Zeros». Conscientes de que su papel es el de tantos, la supervivencia por encima de cualquier otro argumento, regresaban de nuevo a Asturias para entregarnos ese punk-rock luminoso nacido al calor de «Los Ramones», menos agrio que el británico, empapado de new-wave, de estribillos y coros que enlazan con el power-pop nuevaolero. A pesar de los esfuerzos del gran Fer Marín, el concierto no remontó hasta que, mediada la sesión, surgió el maravilloso «Beat your heart out», y el cuarteto de cincuentañeros se vino arriba para disfrute del centenar de fieles. Y así fue cómo nos llevaron a su terreno, a la música para olvidar las penas, energética, vivaz y optimista. Ritmo, guitarras y coros para no recordar cómo la realidad se empeña en que sigamos vistiendo de negro. Si no te enteraste, no te quejes luego.