L. S. NAVEROS

El dirigente de Comisiones Obreras y militante comunista Miguel Iglesias Ballina falleció ayer por la mañana en el Hospital Universitario Central de Asturias, a consecuencia de un cáncer, a los 61 años de edad. El fallecimiento del que durante años fue secretario general de la Unión Comarcal de Oviedo causó una honda consternación entre sus compañeros, que hoy le despedirán con un acto civil en el tanatorio del Salvador, a las cinco de la tarde.

El sindicato CC OO, en el que militó desde muy joven, aún en la clandestinidad, hizo ayer público un comunicado en el que confiesa estar de «luto» por la muerte del sindicalista. Para el secretario general de CC OO en Asturias, Antonio Pino, «Miguel Iglesias Ballina representaba lo mejor de este sindicato, el compromiso firme con los derechos de la clase trabajadora y con las libertades democráticas». «Su muerte es una enorme y dolorosa pérdida para el sindicato, al que dedicó su vida con una entrega y convicción admirables», añadió Pino, que alabó «el espíritu de lucha y sacrificio» de una persona «que conectaba además, como muy pocos dirigentes sindicales que yo haya conocido, con los problemas y la sensibilidad de los trabajadores, dada su enorme calidad humana».

De esta conexión de Iglesias Ballina con los problemas y preocupaciones de la calle da fe su trayectoria en la Unión Comarcal de Comisiones Obreras, desde donde impulsó, junto con dirigentes vecinales, como Juan García, de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo, o políticos, como el portavoz de IU, Roberto Sánchez Ramos, la creación de varias «plataformas» que integraban a las fuerzas de izquierda del municipio de Oviedo para oponerse a las políticas del entonces alcalde, Gabino de Lorenzo. Destacó la Plataforma Contra las Privatizaciones, que finalmente lideró la reacción popular contra el incremento del IBI que acabó con multitudinarias manifestaciones contra la política fiscal del PP, el conocido «catastrazo».

Roberto Sánchez Ramos estuvo el pasado jueves visitando a Iglesias Ballina, que ya estaba hospitalizado. «Pensaba salir de ésta, estuvo hablando de la movilización por la huelga general, del congreso», recuerda con emoción. «Iglesias Ballina era un sindicalista que militó toda la vida con los de abajo. Nada de lo que le rodeaba en su entorno le era en absoluto ajeno. Tengo de Ballina la experiencia de una mirada limpia y de un quehacer cotidiano recto, es de lo mejor que haya conocido. Era conocido como Ballina el de CC OO, sin más. Esta ciudad pierde, perdemos, a un gran personaje, una persona extraordinaria y un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones», describió Sánchez Ramos.

También desde el otro lado de la batalla sindical reaccionaron con dolor ante la muerte del dirigente sindicalista. El secretario general de la Federación de Empresarios, Alberto González, declaró estar «profundamente conmovido» por la muerte de Miguel Iglesias Ballina. «En lo personal, un hombre entrañable y querido. En lo profesional, un negociador firme en sus convicciones, pero también flexible y receptivo a las razones de otros. Un trabajador infatigable, que preparaba a conciencia todos los asuntos en los que trabajaba. Desde FADE enviamos nuestras más sinceras condolencias a su familia y a CC OO de Asturias».

Miguel Iglesias Ballina, que deja esposa, Mari Sol González Robles, nació el 18 de julio de 1951 en Vigo, y muy pequeño su familia se trasladó a vivir a Asturias. Estudió en la Universidad Laboral de Gijón y trabajó en la Fábrica de Metales Santa Bárbara, donde ya destacó como sindicalista. En 1977, con el sindicato ya legalizado, fue elegido secretario general del metal en CC OO, y en 1979, de la Unión Comarcal de Oviedo, hasta que en 1996 se integró en la dirección regional como secretario de comunicación, en la actualidad, de empleo.