L. Á. VEGA

La crisis está provocando situaciones cada vez más desesperadas. Un autónomo avilesino, aunque residente en Lugones (Siero), y cuya identidad se corresponde con las iniciales F. J. F. L., terminó detenido al mediodía de ayer después de provocar un altercado en una oficina de la Administración regional situada en la calle de Santa Susana, a resultas del cual resultó lesionado en una mano un agente de la Unidad Adscrita del Principado y se produjeron algunos daños.

El pequeño empresario, de 42 años de edad, acudió a la Dirección General de Comercio, Autónomos y Economía Social a reclamar el pago de una subvención que al parecer se le había denegado, según indicó un funcionario que contempló los hechos. Según fuentes del Principado, el autónomo pasó por, al menos, dos mesas de funcionarios, pero fue alterándose porque, en su opinión, no se le estaba dando una solución a su acuciante problema. Según parece, se subsanó la cuestión del derecho a percibir la ayuda, pero el hombre pretendía cobrar el dinero cuanto antes, ya que le urgía para solucionar sus problemas económicos. El empresario se fue alterando cada vez más y llegó a dar puñetazos en la mesa, mientras aseguraba, presa de la desesperación, que tenía a su cargo una hija de cuatro años y que estaban a punto de perder el piso en el que vivía.

Algunos de los funcionarios se mostraron muy afectados por todo el asunto. Intentaron calmarle varias veces, mientras el hombre desgranaba la terrible situación en la que se encontraba, al borde de verse en la calle. La última fase del periplo de este autónomo se desarrolló a puerta cerrada, en el despacho de la jefe de servicio de autónomos. En un momento dado, tras las explicaciones de la funcionaria en cuestión, el hombre se negó a abandonar el despacho.

Poco después llegaba a la oficina una patrulla de dos agentes de la Unidad Adscrita del Principado, que intentó razonar con el autónomo para que depusiese su actitud. La presencia policial, lejos de aplacarlo, le puso más nervioso. El empresario comenzó a empujar a los agentes y entonces se desató el caos en el despacho, con el hombre lanzando al suelo archivadores e incluso un ordenador, que acabó con daños, según manifestaron fuentes del Principado.

Los agentes pudieron reducir finalmente, no sin gran trabajo, a F. J. F. L., aunque uno de los policías sufrió una lesión en la mano. Para lograr controlarlo, tuvieron que tirarlo al suelo, añaden las mismas fuentes. Una vez reducido, el hombre salió esposado de la Dirección General, lo que causó cierta sorpresa en las personas que se encontraban en el exterior. Una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía condujo al detenido a la Comisaría de Oviedo, y allí quedó en los calabozos a la espera de que pase a disposición del juez de guardia. Los agentes de la Unidad Adscrita presentaron la correspondiente denuncia. El hombre podría ser imputado por los daños causados en los medios de la oficina regional, así como por atentado a la autoridad.