Ángel FIDALGO

«Recibimos más de las personas que atendemos todos los días que ellos de nosotras. Y de vosotros qué puedo decir después de esta muestra de solidaridad y de vuestra entrega y cariño». Como siempre, humilde y agradecida, sor Esperanza Romero no pudo contener ayer la emoción. La hija de la Caridad de San Vicente de Paúl y responsable de la Cocina Económica, recibió ayer junto con las monjas y voluntarios de esta entidad 104 carritos de la compra cargados con doce toneladas y media de alimentos y dos mil litros de aceite procedentes de la iniciativa «operación carretilla» puesta en marcha por la Hermandad de los Estudiantes. Mirando esa marea solidaria sobre ruedas, las monjas rompieron a aplaudir de forma espontánea. Algunas lágrimas afloraron. No era para menos.

La Hermandad de los Estudiantes, que puso en marcha esta iniciativa el año pasado, y que entonces reunió veintinueve carritos, logró junto con la solidaridad de los ovetenses obrar este pequeño milagro que ayer que recorrió el centro de la ciudad.

«Obras son amores y no buenas razones». Parafraseando a Santa Teresa de Jesús, el hermano mayor de la Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Misericordia, Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, María Santísima de la Esperanza y San Francisco Javier, «Los Estudiantes», Ramón de Cangas, entregó el más de un centenar de carritos de comida a la Cocina Económica sobre la una del mediodía.

Media hora antes, desde todas las tiendas de El Corte Inglés de la ciudad, donde hasta ayer se recogían los alimentos donados, lo que Los Estudiantes agradecieron «de todo corazón», los carritos recorrieron las calles de Oviedo hasta llegar a la Cocina Económica, en la calle de San Vicente. Delante de la caravana de carritos, la Agrupación Musical San Salvador de Oviedo, de la Hermandad de los Estudiantes, abría el singular desfile entre aplausos y gestos cariñosos de los viandantes, que se sucedieron a lo largo de todo el recorrido. Muchos fueron los curiosos que preguntaron el destino de tan singular comitiva y otros tantos los que rompieron en aplausos.

Los carritos eran empujados por personas de todo tipo y condición a la que unía el denominador común de la solidaridad. Entre todos ellos no pasaba desapercibido el senegalés Diop. «Tengo amigos en la cofradía, muy buena gente, y qué mejor que ayudar para una causa como ésta», comentó agradecido también porque durante los diez años que lleva en Oviedo «muchas personas se portaron muy bien conmigo cuando más lo necesitaba».

Iván Rodríguez, uno de los organizadores de la iniciativa, no podía ocultar ayer su satisfacción y también emoción mientras recorría la calle Uría. Entonces desde la plaza de la Escandalera hasta la de la Catedral, era una sucesión de carritos.

Además, en la Losa, los Bomberos de Oviedo en colaboración con el Banco de Alimentos, recogieron algo más de dos toneladas de alimentos en la campaña solidaria que pusieron en marcha denominada «Operación litro de aceite».

Además hubo talleres infantiles, proyección de vídeos, una muestra de vehículos de Bomberos y de distinto material divirtieron a los más pequeños. Sin duda, la de ayer fue toda una mañana solidaria.