El catedrático de Musicología de la Universidad de Oviedo Ángel Medina reivindica la importancia de los capones españoles frente a los castrati italianos, que, sin embargo, han tenido mucha más trascendencia en la historia. Experto en la materia -escribió el libro «Los atributos del capón. Imagen histórica de los cantantes castrados en España»- Medina consiguió datar, entre los cantores de coro, a capones ya el 7 de mayo de 1506, en un documento de la catedral de Burgos. Significa que en España hubo capones antes de que el Papa Paulo IV (1554-1559) prohibiera a las mujeres cantar en las iglesias, lo que alentó la aparición de los castrati. Ángel Medina compartió todas estas reflexiones en la conferencia titulada «Cantores capones y castrati: una lectura hispano-italiana», que el catedrático pronunció esta semana en el salón de actos del Colegio de Abogados de Oviedo. Además, la conferencia se complementó con la audición de varios fragmentos musicales, entre los que destacó por su singularidad el de la única grabación que se realizó a un castrati, en este caso, Alessandro Moreschi, que se hizo famoso en todo el mundo con el sobrenombre de «Ángel de Roma».