Á. F.

«Era algo más que un profesor». Los estudiantes de Bachillerato del Instituto Doctor Fleming de Oviedo pusieron el corazón en un puño a los asistentes al funeral del que fuera su catedrático de Historia, Juan Carlos Álvarez Fernández, con una emotiva despedida al final de la celebración. «Era», leyó en un texto uno de ellos desde el atril de la iglesia parroquial de Nuestra del Carmen, «el profesor que también se ocupaba de sus alumnos en lo personal. Mucho más que alguien que sólo enseña en clase». Se hizo un silencio impresionante. Las lágrimas brotaron de muchos ojos y en las gargantas se formó un nudo de emoción. Un compañero también glosó la figura del catedrático en un cariñosa semblanza.

Juan Carlos Álvarez Fernández falleció el pasado domingo, a la edad de 59 años, tras una fulminante enfermedad, un cáncer de pulmón que en apenas dos meses escasos acabó con su vida, pues le había sido diagnosticado el pasado enero. El catedrático se había licenciado en la Universidad de Oviedo, donde fue discípulo directo de profesores como el medievalista Eloy Benito Ruano y el geógrafo Francisco Quirós Linares. La viuda, Mercedes Fueyo Bros, funcionaria del Ayuntamiento de Oviedo, y sus hijos, Carlos y Juan, estuvieron en todo momento arropados por numerosos familiares y amigos, al igual que los padres del fallecido, el periodista Constantino (Tino) Álvarez Rodríguez y Lina Fernández Álvarez, destrozados pero serenos ante los duros golpes de la vida. Tino, así firmaba sus escritos, trabajó durante muchos años en el diario «Región», en la «Hoja del Lunes» y en el periódico deportivo «As», para los que cubría diariamente la actualidad sobre el Real Oviedo con rigor y pasión.

El templo estaba abarrotado, unas doscientas personas se agolpaban en su interior. No faltó una representación municipal, encabezada por la concejala de Servicios Sociales, Belén Fernández Acevedo, y la de Educación, Inmaculada González. Aunque la más numerosa fue la del mundo de la enseñanza, tanto de profesores y alumnos del centro educativo donde impartió su docencia como de la Universidad. Los restos fueron posteriormente incinerados en el tanatorio de Los Arenales.