«Es demasiado temprano para evaluar el efecto de la reforma laboral. No hay aún frutos perfectamente perfilados para hablar de ella», aseguró ayer el magistrado emérito del Tribunal Supremo Antonio Martín Valverde, en el edificio histórico de la Universidad de Oviedo, donde ofreció una lección magistral con motivo de la festividad de San Raimundo de Peñafort, patrono de Derecho. Catedrático jubilado de Derecho del Trabajo y maestro de los laboralistas de Oviedo, junto a Joaquín García Murcia, en palabras del profesor Ignacio González del Rey, Martín Valverde acudió a su Universidad de adopción (fue nombrado doctor honoris causa en 2007) para hablar de la reforma de la ley reguladora de la jurisdicción social, aunque eso no le impidió opinar, antes del acto, sobre la polémica reforma laboral del año pasado.

Para el jurista, «desde el punto de vista jurisdiccional, no es verdad que la reforma deje a los trabajadores más indefensos. Si bien es cierto que contiene algún tipo de recorte, en otras facetas hay un cierto progreso, como en materia de conciliación de la vida familiar y laboral». Para Martín Valverde, «no se puede decir que la reforma amputa derechos, sino que acondiciona o reduce el alcance de algunos, pero sin afectarlos en su esencia».

El catedrático jubilado no se mostró muy a favor de continuar profundizando en la reforma laboral. «Antes hay que ver cuáles son sus frutos y para verlos habría que esperar a que pase, pongamos, el año en que estamos. Es una reforma que ha entrado en vigor hace seis meses, ya hay una cierta experiencia en su aplicación, pero probablemente los resultados se van a ver más claramente de aquí a un año y entonces será el momento de ver qué ajustes cabe hacer», señaló.

El magistrado emérito, uno de los primeros espadas del Tribunal Supremo, también se refirió, antes del acto, a las polémicas tasas judiciales. «En general, hay una opinión muy difundida que yo comparto. No se trata tanto del problema de las tasas y de su implantación como de la cuantía. Hay que hacer un ajuste muy fino respecto de la cuantía para que las tasas sean compatibles con el derecho a la tutela judicial efectiva», aseguró. Para incrementar las tasas se ha invocado a la excesiva litigiosidad. El magistrado emérito indicó que «se puede decir que en la jurisdicción social la litigiosidad es excesiva sin llegar a ser desbordante. El exceso se va a producir más en la primera instancia que en la suplicación y casación, donde va a jugar más la regulación económica de las tasas».

Respecto a la ley reguladora de la jurisdicción social, el catedrático jubilado resaltó su continuidad respecto a la anterior ley de 1990, la de procedimiento laboral, al tiempo que indicó que ampliaba las competencias del orden social, absorbiendo asuntos que antes caían del lado de los tribunales contencioso-administrativos. También hizo una síntesis de la evolución de la legislación laboral en España, desde la ley de los tribunales industriales de 1908.

El acto académico estuvo presidido por el rector de la Universidad de Oviedo, Vicente Gotor, y contó con la presencia del decano de la Facultad de Derecho, Benjamín Rivaya, y de la consejera de Educación del Principado, Ana González, entre otras personalidades. Durante este acto solemne se hizo entrega de los diplomas a los licenciados del pasado curso académico, quienes acudieron acompañados de sus orgullosos familiares y amigos, para festejar oficialmente el logro de haber finalizado la carrera.