El «argayón» de Toleo, en el Naranco, ha avanzado unos 40 centímetros desde que hace diez días se apreciaron las primeras señales de que la ladera de Fitoria había comenzado a deslizarse monte abajo. Ayer, los técnicos municipales controlaron el avance del corrimiento de tierras, que con los días de sol «parece que se ha ralentizado», ya que no hubo nuevos movimientos durante la noche.

A lo largo de la mañana, los bomberos acudieron a la zona para controlar el estado de los testigos colocados desde el pasado miércoles, para seguir la evolución del corrimiento de tierra, cuya solución «será cara», después de que los sondeos mostraran que en algunas zonas la lengua de tierra en movimiento tiene más de 9 metros de profundidad.

Por ahora, los técnicos municipales no adelantan cuáles serán las posibles soluciones para contener el avance del argayo. «Habrá que esperar a los nuevos sondeos -previstos para hoy- y a los análisis del laboratorio. También dependerá de la evolución de los próximos días», señalan.

Las soluciones podrían pasar por cimentaciones «en profundidad», micropilotajes y la construcción de una escollera para contener las tierras, aunque evitar completamente el corrimiento será «difícil» si las condiciones meteorológicas empeoran.

Por ahora, el Ayuntamiento considera que sólo una de las viviendas, situada frente al argayo, corre peligro, por lo que tan sólo una familia ha sido evacuada, no por riesgo inminente, sino por «precaución», porque «la naturaleza ya ha avisado y no podemos hacer oídos sordos».

La posibilidad de corrimientos en la ladera de Toleo ya fue advertida hace dos décadas por los geólogos, que desaconsejaron edificar en la zona, donde hay una capa de suelo arcilloso inestable. El avance de la construcción de chalés y las lluvias de este invierno han precipitado el corrimiento de la lengua de tierra, que tiene un frente de unos 50 metros de anchura.