Un agente de la Policía Nacional, de servicio, salvó la vida a un hombre de 82 años, E. C. A., tras sufrir una parada cardiaca en plena calle. El agente practicó un masaje cardiaco al anciano mientras llegaron los sanitarios. La rápida intervención del agente fue determinante para que el paciente sobreviviese al infarto.

Tal y como informó ayer este periódico, el suceso tuvo lugar pasadas las tres de la tarde, en la calle General Yagüe, en las inmediaciones de la Comisaría de Policía. Una ciudadana que caminaba por la calle fue la primera en reparar en el mal estado del hombre, que se había caído al suelo. Corrió a la Comisaría para alertar a los agentes policiales y uno de ellos salió en su ayuda.

El policía se encontró con el hombre tendido en el suelo y lo primero que hizo fue mirarle el pulso. Al no encontrárselo, inició rápidamente las maniobras de recuperación mediante masaje cardiaco y respiración asistida. Según indicaron ayer fuentes policiales, mientras iniciaba estas maniobras, la joven que le había alertado del suceso llamó al servicio de emergencias 112 Asturias. Por teléfono, un médico le fue dando instrucciones de las maniobras que había que realizar para estabilizar al anciano hasta la llegada de una uvi móvil del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU).

Así, el agente continuó realizando las labores hasta que llegaron los efectivos sanitarios, que también se volcaron en la reanimación del paciente durante cuarenta minutos. Una vez estabilizado, el hombre, vecino de la zona, fue trasladado en la ambulancia al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde al cierre de esta edición evolucionaba favorablemente. Según indicaron los facultativos al agente -que ha preferido mantener el anonimato- sin las maniobras de reanimación que practicó, el hombre no habría superado el infarto.