Medio millar de especialistas participa en el 59.º Congreso nacional de la Sociedad Española de Ortodoncia, que se celebra en el Palacio de Calatrava hasta el sábado. Entre ellos, el propio presidente del evento, Luis Llaca, para quien «la salud dental es calidad de vida y el ortodoncista es su gran aliado».

Atraído por el mundo sanitario y de la ingeniería mecánica a partes iguales desde pequeño, este ovetense de 56 años se decantó por la primera opción. Estudió Medicina en Navarra y se especializó en Estomatología. Al igual que la mayor parte de sus colegas, reclama que la ortodoncia sea reconocida como especialidad, ya que España es el único país de Europa que no la acepta como tal. «La gente tiende a confundir la labor de un dentista con la de un ortodoncista, pero no es lo mismo», aclara Llaca, que ha visto pasar a más de 15.000 pacientes por su consulta. «Pese a que las personas van más al dentista que al especialista en ortodoncia, la mentalidad, afortunadamente, está cambiando. Nosotros no sólo nos ocupamos de la estética dental, sino también de la salud», señala.

Estados Unidos es uno de los ejemplos más claros de una población concienciada con acudir regularmente al ortodoncista. «Es frecuente ver a una familia completa tratada de ortodoncia; abuelos, padres y nietos. En España estamos a medio camino, pero todo se andará». Llaca aconseja que la primera cita con el ortodoncista sea en la niñez, antes de cumplir los 7 años. «No sólo lo digo yo, también la Asociación Americana de Ortodoncistas».

El objetivo principal de la ortodoncia, además de una sonrisa bonita, es que los pacientes tengan una boca sana «que dure muchos años». Los avances médicos han tenido mucho que ver en la consecución de ambas metas.

Los tratamientos tempranos, las aleaciones de titanio para los alambres, los microtornillos, los aparatos invisibles y los de autoligado son sólo algunos ejemplos del desarrollo de la ortodoncia. Según Llaca, buena parte de las intervenciones dentales son más cortas que hace sólo unos años y las revisiones, mucho más frecuentes.

El uso de la tecnología 3D aún no está en la lista. No se ha generalizado en las consultas, pero las posibilidades que ofrece son casi infinitas. «Se pueden hacer aparatos individualizados e incluso llevar a cabo tratamientos complejos en el interior de la boca», explica el presidente del Congreso nacional de ortodoncia. Eso sí, siempre en una clínica especializada. «Hay que hacer hincapié en que los pacientes elijan a verdaderos profesionales y que huyan del resto. Por algo hay una Sociedad Española de Ortodoncia que vela por la calidad de los servicios médicos ofrecidos», señala Llaca, que reconoce que «los tratamientos dentales, y más en época de crisis, resultan caros para mucha gente, pero son costosos de llevar a cabo y necesarios».