Raquel GARCÍA

Hace 74 años trece mujeres fueron fusiladas en la tapia del cementerio de la Almudena de Madrid por el régimen franquista. Eran los primeros meses después de tres años de una guerra civil que dejaba a sus espaldas miles de muertes. Entre las jóvenes se encontraban dos ovetenses: Julia Conesa, de 19 años, y Joaquina López Laffite, trubieca de 23 años. Tiempo después, serían conocidas como las «Trece Rosas», símbolo histórico de la lucha por los ideales de izquierdas.

Ayer, con motivo del aniversario del fusilamiento, la fosa común del cementerio de San Salvador acogió un acto con ciertos tintes de melancolía y reivindicación, en el que se rindió homenaje no sólo a las «Trece Rosas», si no a «todas las víctimas de la represión franquista».

A los actos de este año no pudieron acudir familiares de las dos «rosas» homenajeadas, pero sí un buen número de personas cuyos familiares están enterrados en la fosa común del cementerio.

«Fusiladas por ideas progresistas, por defender la libertad, murieron por la democracia que unos golpistas nos habían robado», así definía Wenceslao López a las trece mujeres. En su discurso, el secretario general de los socialistas ovetenses quiso defender «el papel de la mujer, ya que si entonces era díficil ser de izquierdas, peor lo tenían ellas». No quiso desaprovechar la oportunidad para hacer un llamamiento al «cambio y a la regeneración de la clase política actual».

Al acto también acudió Francisco Javier Fernández, presidente de la delegación asturiana de Amnistía Internacional, que agradeció la invitación al homenaje. «Los jóvenes siempre necesitan algo en lo que creer, las "Trece Rosas" creían en algo por lo que siempre lucharon», así concluía Fernández un discurso lleno de referencias a la «inactividad del Estado español, que ni apoya ni investiga los crímenes de guerra».

Las palabras de Laura Díez, vicepresidenta de la asociación «Trece Rosas» y concejal del Grupo municipal del PSOE, hicieron referencia a la situación de la Ley de la Memoria Histórica, que «obliga a la retirada de los símbolos fascistas de las vías públicas, en la que los socialistas ovetenses siguen vigilantes para exigir su cumplimiento. Conseguirlo es el mejor homenaje a quienes rendimos tributo».

A continuación, Díez leyó una carta enviada por Antonio Paje Conesa, sobrino de la «Rosa» asturiana Julia Conesa, en la que agradeció la asistencia a todos los allí presentes y definió el homenaje como un acto que «contribuye a honrar y mantener viva la memoria de esas trece mujeres y la de todas las víctimas de una represión cruel, durante y después de la guerra civil, para que sus nombres no se borren de la historia».

Tras los discursos llegaría el momento más emotivo del homenaje. Todos los asistentes formaron parte de una ofrenda floral en la que depositaron claveles en la fosa común.

Además, la secretaria de igualdad de la AMSO, Conchita Diéguez, depositó un ramo ante el monolito construido en homenaje a las víctimas del franquismo.

Durante la ofrenda, los jóvenes Carolina Lasheras y Adrián Laguna interpretaron dos temas que hicieron que el final del acto se volviese aun más emotivo. «Romance Anónimo» de Narciso Yepes, y «Lágrima», de Francisco Tárrega. Entre la treintena de asistentes al homenaje estaba también el portavoz municipal del PSOE, Alfredo Carreño.