Á. FIDALGO

El grupo de montaña Torreblanca, de Oviedo, se enfrenta a uno de los retos más bellos: recorrer la Cordillera Cantábrica, lo más cerca posible de la divisoria de cumbres, desde Los Ancares hasta el puerto de San Glorio. «La Alta Ruta Transcantábrica: del Miravalles al Tres Mares» fue presentadoa ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA en el transcurso de un acto en el intervinieron Consuelo del Campo, presidenta de este colectivo; Alberto Fernández, vocal, y Manuel García, vicepresidente. A la presentación de esta travesía de la cordillera Cantábrica asistieron numerosos aficionados a la montaña que llenaron el salón del actos.

El próximo día 28 este grupo de montaña iniciará las dos primeras etapas, saliendo del puerto Ancares hasta el Pié Mular, para continuar hasta el puerto de Valdeprado. «La ruta completa esperamos finalizarla a mediados del próximo mes de junio, y si nos queda alguna etapa que no podamos hacer por cuestiones climatológicas, la aplazaríamos para el mes de septiembre», detalló Alberto Fernández, que destacó la «ilusión» con la que fue tomada esta iniciativa por los integrantes del Torreblanca.

Este grupo de montaña que se fundó en el año 1967, explicó su presidenta, Consuelo del Campo, realiza desde entonces distintas actividades, desde las travesías a la espeleología, pasando por el esquí y la escalada. Fue uno de sus miembros, Tito Bustillo, el que junto a otros compañeros de espeleología descubrió la cueva de Ribadesella a la que tras su muerte dieron su nombre.

Después hizo un repaso de las principales expediciones que realizaron, desde el Mont Blanc, hasta los Andes peruanos, donde la primera vez no pudieron hacer cumbre por la adversa meteorología en el año 1973, pero si lo consiguieron cinco años después. La última marcha fuera de Asturias la hicieron este verano a Aigüestortes, en los Pirineos leridanos. «Y ahora presentamos este proyecto tan ilusionante para todos nosotros», concluyó Consuelo del Campo.

Manuel Viejo centró su intervención en destacar los valores de la montaña, «un deporte no competitivo y popular que se centra en ascender montañas». En este momento tuvo un recuerdo para el primer sherpa español, Gregorio Pérez Demaría, el «Cainejo», que acompañó al Marqués de Villaviciosa, Pedro Pidal, en la primera e histórica ascensión al Naranjo de Bulnes en agosto de 1904.