La plaza del Fontán acogió ayer por la tarde la fiesta judía de Januca en la que participaron más de un centenar de personas. Esta fiesta, llamada de las luces o luminarias, es celebrada entre los judíos de todo el mundo durante ocho días y conmemora la derrota de los helenos, la recuperación de la independencia judía a manos de los macabeos, y la posterior purificación del Templo de Jerusalén de los iconos paganos.

El alcalde de Oviedo, Agustín Iglesias Caunedo, y la presidenta de la Comunidad Israelita del Principado, Aida Oceransky, fueron los encargados de encender las primeras velas del gran candelabro judío de nueve brazos que se instaló en el centro de la plaza con motivo de esta celebración. Después, Sarah Álvarez, miembro de esta comunidad, continuó con el encendido que fue completado por niños y mayores.

Tras el encendido llegaron las bendiciones y después la degustación del "sufganiot", que es un dulce típico de esta fiesta. Después hubo bailes populares israelíes que son propias de esta celebración.

Aida Oceransky destacó la tradición judía que habla de un milagro por el que pudo encenderse el candelabro del Templo durante ocho días consecutivos, con una cantidad de aceite que alcanzaba sólo para uno. Después, agradeció la "generosidad" del Ayuntamiento ovetense, que les cedió la "casina" de la plaza del Fontán que convirtieron en sinagoga "en la que los judíos asturianos podemos celebrar nuestros cultos".