"Si Dios me da vida, iré a Gijón. Quiero dar una conferencia sobre las personas que dan nombre a las calles de la ciudad", anuncia Luis Amérigo. Es vital y no cesa de hacer planes.

Suele visitar la ciudad costera todos los veranos y, de hecho, según explica, dio forma a "Oviedo, belleza y coraje" a la vuelta de la ciudad, el verano del año pasado. "A Gijón le tengo un cariño muy grande. Mi padre estuvo en la época gloriosa del Ateneo de Gijón: fue el presidente", comenta con orgullo.

La familia salió de Asturias en 1930, pero Amérigo aún guarda muchas imágenes claras de su infancia entre las ciudades de Oviedo y Gijón. "Yo disfrutaba yendo a Oviedo. Delante de la Catedral había unas casuchas, que eran como las del Fontán, pero que estaban muy mal conservadas, y no sé en qué momento desaparecieron", cuenta. Y recuerda que en Gijón "había una confitería con unas pastillas de café con leche deliciosas, casa Rato".

Luis Amérigo no descarta presentar su novela en Asturias, aprovechando alguna visita estival.