"El bulevar todavía es posible, que se esté construyendo la plataforma no cambia nada. Lo único, que cuando la autopista sea un bulevar quedará en desuso". Manuel Carrero, miembro de la plataforma "Imagina un bulevar" y portavoz de la comisión de Urbanismo del 15-M encabezaba ayer con optimismo la tercera marcha vecinal por la entrada de la autopista "Y" para reivindicar que la infraestructura desaparezca y abra paso a una gran avenida que cohesione los barrios de Teatinos y Ventanielles. "Nos han hecho ya un poco de caso, el Ayuntamiento ha encargado un estudio, pero sin fechas ni plazos, vemos avances, pero son insuficientes", indicó.

Mientras Carrero explicaba que la construcción de la pasarela para unir los barrios es "un despilfarro" y que quedará en desuso si, finalmente, se habilita una gran avenida para acceder a la ciudad, la presidenta de la asociación de vecinos Nuevo Ventanielles, Belén González, animaba desde un megáfono a iniciar la marcha. El grupo, un centenar de ciudadanos, inició a las doce del mediodía una caminata desde la plaza de la Cruz Roja hasta el barrio Guillén Lafuerza. Fue necesario cortar al tráfico rodado el carril de salida de la autopista "Y" hasta que los vecinos recorrieron los dos kilómetros que distan entre uno y otro punto. "¡Autopista no, bulevar sí!", clamaban los manifestantes entre pitos y silbidos. "Tenemos derecho a decidir cómo tiene que ser la ciudad en la que vivimos", reclamó Belén González.

En la jornada de ayer los niños tuvieron especial protagonismo. Si la primera marcha no contó con una temática expresa y la segunda llenó la autopista de vehículos a dos ruedas, ayer se trataba de jugar.

Los convocantes hicieron un llamamiento para que los niños fuesen a jugar a la autopista "Y". Así, al término de la marcha, el grupo disfrutó de una serie de juegos populares, entre ellos el cascayu, la peonza y la pelota. "Nos gusta crear un ambiente festivo y de convivencia", explicó Manuel Carrero. Así que las reivindicaciones terminaron con un pinchoteo y chuches en Ventanielles para seguir imaginando un bulevar.