La campaña de imagen de las matemáticas a cargo de Juan Luis Vázquez acota desde muy pronto la enfermedad que había que tratar, la certeza de que su ciencia "tiene mala prensa porque se ha enseñado mal". Manos a la obra, el erudito asturiano, catedrático de Matemáticas Aplicadas en la Universidad Autónoma de Madrid, aprovechó que tenía un auditorio de científicos de otra disciplina, los médicos asistentes al congreso regional de patología respiratoria, para clausurarlo haciendo proselitismo entre afines, con una declaración de fervor matemático y una reivindicación del "todo son números" de Pitágoras que él enseñó escrito en griego en una transparencia al final de la ponencia.

El título doble de la charla no mentía cuando prometía un análisis de "Las matemáticas ayer y hoy" y además una explicación "de cómo la abstracción se hizo tan útil". Así llegó Vázquez a los ordenadores desde la Grecia antigua, en un afán de desmontar ese axioma "como de delirio" que sostiene que "las matemáticas no sirven para nada".

Los matemáticos, empezó diciendo Vázquez, "tenemos dos papeles en el mundo contemporáneo, aparte del de suspender a vuestros hijos". De un lado su disciplina es "un arte", concreta, "el de los griegos, el del bien razonar y la mesura", y por otro tan útil que viene a ser "la clave que permite comprender el mundo real de manera operativa, cuantitativa, con resultados verificables". Después repasará una lista extensa de "cosas que dependen de modelos matemáticos y simulaciones numéricas", desde la aeronáutica hasta la circulación de la sangre, pero antes retrocede hasta Grecia antigua para remontar el tiempo hacia la "magia pura" de Isaac Newton y el gran "acelerón" de la revolución computacional del siglo XX. Vázquez, también investigador en el Instituto Newton de Cambridge, acaba defendiendo la duda metódica del matemático y su capacidad de explicar el mundo a través de "hechos ciertos e irrefutables, algo que va en contra de las opiniones y creencias que ocupan el 90 por ciento de los periódicos y que no tienen ningún valor para la mejora de la humanidad".

Y tras "provocar" a los médicos con una noticia que dice que "los modelos matemáticos funcionan mejor que los doctores para predecir la respuesta de los pacientes al tratamiento", Vázquez vuelve a los números y enumera las cinco necesidades de la ciencia. "Cinco", aclara, no sólo recursos. También "personal, talento, relevancia y liderazgo".