Tres años llevaban ya las hermandades y cofradías de Oviedo sin procesionar con todos sus pasos por culpa de las inclemencias del tiempo. Esta vez el cielo estaba de su parte y las diez procesiones programadas pudieron completar su recorrido. A la hora de hacer balance de la Semana Santa de la capital, éste es el primer dato que destacaba ayer la presidenta de la junta de hermandades y cofradías de Oviedo, Leo Bousoño. "Diez de diez, no podemos pedir más". La afluencia de público y la activa participación de los cofrades son los otros aspectos que puso de relieve Bousoño antes de que diese comienzo la procesión de Jesús Resucitado.

Las seis hermandades y cofradías de la ciudad participaron en la última procesión de la Semana Santa ovetense, que salió del claustro de la Catedral a la una y cuarto de la tarde, con la remozada imagen del Cristo Resucitado, que se estrenó en esta procesión el año pasado. Antes, durante la misa pontifical de Resurrección, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, había explicado el significado del día de Pascua para los cristianos. "A los creyentes no se nos ahorran las oscuridades, pero la luz nos alumbra una vez: Jesús ha resucitado como había dicho; la vida ha irrumpido en todos los rincones de muerte, pero es posible que no nos hayamos enterado del todo", dijo. "Vayamos al sepulcro en el que quedan sepultadas nuestra fe y nuestro amor para susurrar palabras de vida. Es el triunfo de la luz sobre las sombras", manifestó.

El Arzobispo también aprovechó la homilía para agradecer a los cofrades su participación en la Semana Santa. "Habéis ido paseando por las plazas de la amargura los pasos que recuerdan la muerte de Cristo. Los días de penitencia han concluido. Gracias por lo que hacéis durante todo el año; no dejéis de acompañar a la gente que llama a vuestra puerta".

Jesús Sanz Montes también puso como ejemplo a una médica y a una joven estudiante de Magisterio que eligieron el momento de la resurrección de Jesús -la noche del sábado- para bautizarse en la fe cristiana. Al final de la celebración impartió la bendición del Papa Francisco.

La lluvia también respetó la procesión del Resucitado, que discurrió por las calles del casco antiguo durante una hora. Representantes de las seis cofradías y hermandades de la ciudad desfilaron junto al paso del Cristo Resucitado con sus hábitos, pero con las cabezas descubiertas, al tratarse de una procesión de gloria. La presidenta de la junta de hermandades anunció que ya estaban trabajando en la organización de las procesiones del próximo año, para que el resurgir de la Semana Santa de Oviedo continúe su espiral de ascenso.