Las deficiencias señaladas por los expertos en la ponencia de valores catastrales vigentes, que marcan unas condiciones de mercado ya inexistentes y se acaban traduciendo en la práctica en un cobro de impuestos abusivo respecto al detalle real de las compraventas, acaban afectando a otro tipo de gravámenes. También a los que gestiona el Ayuntamiento. Y no sólo al IBI. En concreto, son muchos los casos de ciudadanos que denuncian cobros abusivos por parte de la oficina de recaudación municipal por el incremento de valor del suelo. Más allá de la plusvalía, este impuesto grava, como su nombre indica, la diferencia entre lo que valía el suelo cuando se adquirió el inmueble al incremento de dicho valor en el momento de venderlo. Pero la evolución teórica no es la misma que la práctica. Un vecino de Oviedo vendió en septiembre del año pasado un piso en Montecerrao, escriturado en 2006. Lo hizo, además, perdiendo dinero respecto a la inversión inicial. Pero hace veinte días la oficina de recaudación le ha reclamado 7.000 euros por el incremento del valor del suelo. Desde el año 2006 hasta el 2013, el valor del suelo en Montecerrao no se ha incrementado, como prueba los precios actuales de venta de pisos. Pero en la ponencia catastral, de nuevo, sí sucede así. Y aquí el Ayuntamiento también utiliza el catastro como punto de partida para girar el impuesto.

El incremento de valor del suelo en el caso de Oviedo se carga también por herencia a los hijos de los propietarios, sin que exista, como en otros Ayuntamientos de España, ninguna exención a esta carga aún cuando los hijos residen en el domicilio, denuncian varios vecinos de la ciudad.