Asturias es la única región del mundo donde los profesores de música no pueden dar conciertos. Así de claros y rotundos se manifestaron ayer los promotores de la Plataforma de Docentes, Concertistas, Compositores e Investigadores, que se presentó oficialmente al mediodía de ayer en el Auditorio de Oviedo. Rotundos y abiertos al diálogo, ya que en lo inmediato su meta es abrir una mesa de debate con la Consejería de Cultura y Educación y otras partes implicadas para evitar que, de seguir la situación actual, se perjudique gravemente a los estudiantes y se hunda una larga serie de industrias culturales.

En la mesa de presentación de la plataforma estaban Aarón Zapico, exprofesor del Conservatorio de Oviedo y director de "Forma Antiqva"; Alejandro Villar, profesor del Conservatorio de Gijón y director del ensemble "Eloqventia"; Manuel Paz, profesor del Conservatorio del Nalón, miembro de "EntreQuatre" y director de la Orquesta de Cámara de Siero, y Francisco Jaime Pantín, profesor del Conservatorio de Oviedo.

Más de ochenta músicos forman parte ya de la plataforma. Como se indicó en la sesión, los profesionales buscan un marco legal que permita realizar una actividad artística paralela a la docente. Es la primera plataforma de esa naturaleza que se crea en España y, como indicaron los promotores, les están llegando en los últimos días llamadas y correos de diversas comunidades interesándose por la iniciativa.

La ley de Incompatibilidades es de 1984, común para toda España y para el conjunto del funcionariado. Se aplica con un margen de tolerancia. En Asturias, desde hace año y medio se empezó a considerar a rajatabla y surgieron los problemas, desde sanciones hasta abandonos de plazas docentes.

Entre los asistentes a la presentación estaban Fernando Agüeria, director del Conservatorio Superior de Oviedo; Ramón Sobrino, catedrático de Musicología de la Universidad de Oviedo; Yuri Nasushkin, profesor de violín del Conservatorio de Oviedo; Ismael González Arias, director de la Casa de Cultura de Mieres, y José Ramón Hevia, profesor jubilado del Conservatorio de Oviedo. Los docentes indicaron asimismo que los alumnos nunca perderían una sola lección como resultado de la flexibilidad de horarios y clases que reclaman para poder dar conciertos. Y añadieron que la ley y los propios estudiantes les exigen esa actividad paralela que después se niega en la práctica.