Isabel López es una de las fundadoras y la actual directora del Movimiento Salvadoreño de Mujeres (MSM), una iniciativa de cuyos logros habló recientemente en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. A continuación, la salvadoreña explica las dificultades que sufren las mujeres en su país.

-En estos veintiséis años ¿qué logros destacaría?

-El más importante es haber conseguido que el MSM continúe trabajando por la mujer salvadoreña, cualificando al personal y fortaleciendo todo el tejido social, que está organizado en comunidades. Al mismo tiempo, desarrollamos procesos para que la sociedad sea actora de sus propias transformaciones. En El Salvador, las mujeres -más de la mitad de la población- juegan un papel muy importante y por eso trabajamos sin descanso para que tengan el protagonismo que merecen. Además, el haber colocado la desigualdad en la agenda nacional y el gran problema de la violencia de género es algo que nos llena de orgullo y en lo que nos implicamos.

-¿Qué supusieron estos logros?

-El poder tener en estos últimos años dos leyes que favorecen a las mujeres. Para nosotras, es un logro muy importante.

-¿Encontraron buena acogida entre las mujeres?

-Al inicio no fue fácil porque el MSM surgió en tiempo de guerra. Entonces era una organización clandestina, pero después de los acuerdos de paz se legalizó y tuvo la oportunidad de normalizar su trabajo. En todo este período las mujeres han ido respondiendo muy bien, conscientes de sus derechos e involucrando también a sus hijas. Para nosotras, ahora es muy importante la estrategia para que las jóvenes sean conscientes de sus derechos.

-¿Cuáles fueron los obstáculos más difíciles que tuvieron que sortear?

-El inicio fue la persecución en la clandestinidad, la violencia, el secuestro, que yo también sufrí, y después el poder entrar a formar parte de la cooperación solidaria, hasta que nuestras propuestas llegaron incluso a la Unión Europea. Tenemos muchas mujeres comprometidas, aunque nos hace falta que tengan más formación para hacer frente a los nuevos retos. En eso estamos trabajando.

-¿Hay algunas barreras que siguen siendo insalvables para la mujer salvadoreña?

-Muchas. La gran diferencia de relaciones de poder entre los hombres y las mujeres, y la violencia de género con feminicidios son algunas de ellas. Un ejemplo. En los seis primeros meses de este año se registraron oficialmente sesenta asesinatos, aunque hubo más. Hay muchas denuncias que no encuentran respuesta, lo que a las mujeres no las motiva para que las continúen presentando. Y otro de los grandes retos es que funcionen las instituciones del Estado.

-¿El Estado es el principal enemigo de las salvadoreñas?

-No sabría decir si es el principal enemigo, porque en los últimos años hemos tenido un Gobierno de izquierda y para este nuevo quinquenio viene de nuevo el FMLN a gobernar. Yo creo que uno de los mayores enemigos puede ser la falta de cultura. Cambiar el sometimiento de la mujer al hombre nos está llevando muchos años.

-¿Qué horizonte aventura?

-En estos años de lucha hubo muchos avances, aunque no todos los que quisiéramos, porque cada vez hay más personas que son conscientes de la marginación que sufrimos las mujeres. No obstante, en el nuevo Gobierno habrá alguna mujer ocupando un cargo público. Es un avance.

-¿Los objetivos que tiene marcados a corto plazo?

-Garantizar que nuestra asociación siga cualificándose y funcionando en colaboración con las agencias de cooperación, que son nuestros financiadores, que nos permiten saber que contamos con los recursos necesarios tanto humanos como económicos para continuar haciendo nuestro trabajo.