Los 55 trabajadores despedidos de la fábrica de armas de Trubia tienen previsto solicitar un reunión con Agustín Iglesias Caunedo (PP), alcalde de Oviedo, para exigir que tanto la Corporación ovetense como el Gobierno del Principado "no toquen" el suelo de la fábrica de armas de la Vega mientras no se aclare su situación. Los despedidos están a la espera de la decisión del Tribunal Supremo sobre el recurso que presentaron al expediente de regulación de empleo que presentó Santa Bárbara Sistemas.

Los despedidos también pedirán un encuentro con el delegado de Defensa en Asturias y con Gabino de Lorenzo, delegado del Gobierno en la región, para trasladarles su exigencia de que el futuro de los 120.000 metros cuadrados que ocupa la desaparecida factoría de la Vega no se convierta en objeto de especulación urbanística.

De la misma forma, los extrabajadores trubiecos, asesorados por el político socialista Antonio Masip, han diseñado una hoja de ruta para llevar su caso al Parlamento europeo y denunciar en Bruselas "el problema de la deslocalización de la industria de armamento". "Es el último foro que nos queda para que nuestra voz se oiga", señala la asociación que agrupa a los 55 trabajadores en un comunicado. Los despedidos consideran que el sector armamentístico en la región está "en franca recesión por la ineptitud y la ceguera política y sindical". Otra de las intenciones de los extrabajadores de la fábrica de armas de Trubia es la de denunciar ante la Unión Europea (UE) "la opacidad que se cierne sobre el sector" de Defensa y que a su juicio "se muere lentamente sin que nadie (sindicatos, partidos, sociedad civil...) aparentemente se de cuenta de su retroceso".

El colectivo afirma que "Asturias no se puede permitir perder puesto de trabajo y menos en un sector puntero como es el de Defensa". Los extrabajadores consideran que uno de los primeros pasos que deberían darse es el de exigir a Santa Bárbara Sistemas, propiedad de la multinacional norteamericana General Dynamics, "compromisos de futuro en la región" y "no aplaudiendo o mirando para otro lado cuando a miles de kilómetros de Asturias se toman decisiones que destruyen un poco más el prácticamente agonizante tejido industrial de la región". La asociación ha hecho llegar un informe a varios políticos asturianos y europeos.