Los vecinos de Las Campas estaban ayer de enhorabuena. La L-5 de TUA (Transporte Unidos de Asturias), que a partir del viernes pasará a ser la L-J, mantiene las dos paradas en el barrio, tal y como pedían. Así que, con la nueva ordenación del transporte público, Las Campas tendrá cuatro paradas: las dos que estaban en riesgo de desaparecer -una en la calle Proaza y otra en la rotonda del paseo- y otras dos de la L-E, una que ya existía y otra que se ubicará entre las calles Tineo y Somiedo.
Ana María Boullosa, tesorera de la Asociación de Vecinos de Las Campas, admitía ayer que los residentes en esa zona de la ciudad ya empezaban a resignarse a tener una sola parada de la L-J. Sin embargo, sus negociaciones con el concejal de Transporte, Gerardo Antuña, dieron finalmente resultado y les han evitado tener que esperar la llegada del autobús en la que iba a ser la nueva parada de esa línea, en la carretera que va a San Claudio y que Boullosa describe como "un sitio inhóspito y sin identificar".
Gerardo Antuña cuenta con resolver en estos últimos días previos a la entrada en funcionamiento de las nuevas líneas los problemas en las que van a Olivares, con cuyos representantes vecinales se reunió ayer por la tarde, y al Naranco, que reconoció que es la que más complejidad tiene.
El encuentro entre los vecinos de Olivares, el edil del PP y el concejal de IU, Alejandro Suárez, se prolongó dos horas y acabó con el compromiso de los representantes municipales de estudiar la posibilidad de aumentar la frecuencia del servicio. Hoy Antuña confía en dar por cerrado el itinerario y las paradas en la zona. El cambio de las denominaciones de las líneas en las paradas, de los indicadores y los planos en las marquesinas, se llevará a cabo durante la semana que viene, explicó Antuña, ya con todos los cambios de última hora incorporados. El Ayuntamiento tiene previsto reforzar la información los primeros días.