Cientos de personas despidieron ayer a Alfredo Suárez, propietario de Pescados Milagros junto con sus hermanos, que falleció el lunes después de una larga enfermedad, que supo llevar con entereza y dignidad hasta el último momento.

Al final del funeral, que se celebró en la iglesia de San Isidoro, la concejala Belén Fernández Acevedo realizaba un sentido perfil del fallecido: "Era un gran amigo y una excelente persona, con gran vitalidad y que contagiaba entusiasmo. Su muerte es una enorme pérdida para Oviedo, su comercio y especialmente para el mercado del Fontán, que tanto quería. Era un referente". Isabel Álvarez, viuda de Alfredo Suárez, y sus hijos Jonathan y Marlén, recibieron numerosas muestras de cariño de familiares y amigos. Muchos recordaban el carácter solidario del fallecido. Entre las coronas llamaba la atención la del pesquero gijonés "Raiger Juan", que suministra sus primeros bonitos de la costera a Pescados Milagros.