La voz más reivindicativa de todo San Mateo, la de Nacho Vegas, diseñó ayer en La Ería "Nuevos planes, idénticas estrategias", la primera canción de un concierto en el que el de Gijón trató de despertar conciencias y "resituar" al personal. Sonó "Polvorado", esa que dice "polvo somos y en pólvora nos convertiremos" y tras ella subieron al escenario tres chicas del colectivo "La Madreña" (con el permiso de Nacho) para pedir apoyo para los diez imputados por un delito de usurpación del antiguo edificio de las consejerías de Sanidad, en Elorza. Y el siguiente tema, "Ciudad vampira", que habla de ciudades tristes que se mueren de pena, se lo dedicó Nacho Vegas a "La Madreña".
El artista contó con la colaboración del Coro Internacional Antifascista "Al altu la lleva", del colectivo La caja de músicos, que empezó con "Perplejidad", para seguir con un "Run run", también reivindicativo, que advierte: "nos quieren en soledad, nos tendrán en común".
Sonó "Adolfo Suicide", pero esta vez Adolfo P. Suárez, el ilustrador de alguna de las portadas de los discos de Nacho Vegas, en quien se inspira el tema no salío en bolas al escenario. Sí estaban Abraham Boba (teclados), Edu Palos (guitarra), Manu Molina (batería) y Luis Rodríguez (bajo). La presentación de la banda le sirvió a Nacho Vegas para introducir "Actores poco memorables".
"La vida manca", la canción en la que Vegas relata un sueño, fue una de las más celebradas. La gente vibró cuando cantó que había destrozado el cartel del tío que echó de su casa a Conchita y a Ladislao (y a cincuenta más).
Y así fue discurriendo una noche que dejó mal sabor de boca a los seguidores de Carlos Sadness, el primero en actuar. Igual que con "Los Ruidos", le bajaron el telón cuando sonaba el último tema.
