"En Finlandia existen 450 campos públicos de disc golf y 70.000 seguidores, lo que significa que ya ha superado al golf", ilustró ayer Carlos Álvarez Río, campeón de Europa de esta disciplina, similar al clásico juego al aire libre de palos, pelotas y hoyos, pero en la que se utiliza el frisbee -o disco volador-, para ser lanzado a unas cestas sobre el terreno que hacen las veces de los hoyos golfísticos.

Álvarez Río, ovetense que reside en Oslo, y número 12 o 13 del ranking mundial de disc golf, presentó ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA el II campeonato de España de esta disciplina. Lo hizo junto a Raúl y Fernando López Cancio, también miembros del Disc Golf Club Oviedo.

El disc golf nace en la década de los setenta del pasado siglo en Estados Unidos, país del mundo en el que más se practica en la actualidad, seguido de las naciones nórdicas de Europa. En 2012 llega a Oviedo, que en el presente cuenta con dos circuitos públicos: en los parque de Invierno y de Pura Tomás. Este último acaba de ser ampliado de 9 a 18 cestas. Ambos circuitos no requieren un mantenimiento tan exhaustivo como uno de golf, sino el básico de un parque público. El Disc Golf Club Oviedo goza para ello del apoyo del área municipal de parques y jardines en las tareas de colocación de cestas y de señalización. Todo ello permite que sea "un juego en el que vemos participar juntos a padres e hijos y que también atrae a muchos colegios", indicó Raúl López Cancio. Cubrir las 18 cestas del juego suele requerir unas dos horas. Aunque el Consejo Superior de Deportes aún no lo ha admitido como disciplina oficial, la matriz del disc golf, es decir , el frisbee, será un deporte de exhibición en los próximos juegos olímpicos de Brasil 2016. "Ese es el primer paso", apostilló Álvarez Río.