Como "un hombre vitalista, que emanaba vida, que transmitía paz y nos ayudaba a entusiasmarnos con las pequeñas cosas" recordaba ayer Abundio Martínez, canónigo de la Catedral de Oviedo, a su amigo y compañero en la Escuela de Magisterio Padre Ossó Antonio Barthe Arias, que falleció la semana pasada en León. Abundio Martínez ofició la misa de funeral que la familia ofreció ayer por la mañana en la iglesia parroquial de los Santos Apóstoles y asistió en la liturgia al párroco José Luis Pascual.

Antonio Barthe, geólogo de formación y docente vocacional, falleció el pasado jueves en la Virgen del Camino, en León, y fue enterrado en el panteón familiar, en la misma provincia, tras el funeral celebrado en la parroquia de San Juan y San Pedro de Renueva, donde había sido bautizado hacía 66 años.

El de ayer fue un oficio repleto de amigos y colegas de profesión del fallecido. Manuel Martínez, profesor del departamento de Biología y Geología del instituto Aramo, en el que Antonio Barthe se jubiló el año pasado, le dedicó unas emotivas palabras al final de la misa, en nombre de todos sus compañeros. "Te recordaremos como ese señor grande, educado, servicial humilde, cordial, trabajador, el que nunca se quejaba de nada; en definitiva, un hombre bueno", leyó desde el atril. "Te recordaremos siempre como alguien grande", aseguró, reconociéndolo luego como "un gran humanista, un gran conocedor de las ciencias, experto en historia, interesado en la filosofía y la teología, y hasta en el queso". Se refería con esa última mención a que Antonio Barthe formaba parte de la Cofradía del Queso y de hecho era con sus cofrades con los que estaba de ruta por León cuando le sobrevino la muerte. Barthe también era miembro del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) y colaboraba con la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

Los tres hijos del profesor asistieron a la misa: Juan Barthe Marco -abogado y residente en Oviedo-, Javier -ingeniero, que vive en Castellón- y Gabriel -que trabaja para la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en Belgrado-. Cerca de ellos tomaron asiento los hermanos del fallecido: Maximino Barthe Arias, Gabriel Ángel y Alfredo. La viuda, Guillermina Marco Gómez, fue profesora de Filología Inglesa y se jubiló en el instituto de Pando.

Juan Barthe Marco contó que su padre inició su trayectoria docente en Asturias en el instituto de Sama y pasó por el de Turón, fue jefe de estudios en el Alfonso II y se jubiló en el Aramo.

Antonio Barthe Arias estaba emparentado con el médico Adolfo Barthe Aza, que era su primo y con el que mantenía una estrecha relación, según Juan Barthe.

"Era un hombre enciclopédico, que dominaba los conceptos y las actitudes, el servicio y la entrega a los demás", puso de manifiesto Abundio Martínez durante la homilía. "Era conocedor de muchos secretos y sabía guardarlos y resolverlos, sabía resolver las soledades", añadió. También aludió a su generosa entrega hacia su esposa, enferma. "Su pasión por la vida nos invita a trascender su propia vida", manifestó.

"El Señor le llamó a su lado estando en uno de los espacios que más le gustaban, ante la Virgen del Camino", añadió el canónigo. "Era leonés pero amante de Asturias y sentía pasión por los dos espacios geográficos", observó.