"El Cristo y la Vega deben ser el futuro de Oviedo como ciudad innovadora, creativa y de talento". La escueta frase que el alcalde de Oviedo, Agustín Iglesias Caunedo, transmitió ayer a este periódico sobre el futuro de los terrenos liberado en el viejo hospital y en la fábrica de armas ya cerrada son el reflejo del sentido que pretende imprimir a sus políticas. Las tres ideas las resume el alcalde en un concepto: la economía naranja, que últimamente pronuncia en cuanto tiene ocasión.
Se trata de una idea a la que debe unirse un proyecto, "que no saldrá ni hoy ni mañana", apuntan fuentes municipales, pero que contará con la participación de los ciudadanos, según figura en la hoja de ruta que se ha marcado Caunedo. El futuro del Cristo está condicionado por el traslado del hospital hasta La Cadellada. Ya se han celebrado varios encuentros para debatir qué pasará con el barrio, auspiciados estos por el gobierno regional, que también preparara su propia estrategia de participación ciudadana. "Vamos a plantear un proyecto de creatividad, innovación y talento", deslizan desde los despachos municipales, sin avanzar más detalles que asegurar que contará la opinión de los vecinos.
Esta opción encaja con el anuncio de la visita de empresarios de Estados Unidos para ofrecer sus experiencias a los emprendedores instalados en La Ería donde, de momento, tienen sus base, a la espera del moderno edificio que debe erigirse en Ventanielles. Como un mantra, en el Ayuntamiento repiten la letanía. "Creatividad, innovación y talento. Es la base de todo", dicen.
