El arquitecto Jorge Hevia explicó ayer las obras recientemente realizadas en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo durante una sesión en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. Hevia, que lleva veinte años trabajando en el templo, partió de una visión de conjunto y fue entrando en detalles con enorme minuciosidad. Presentó la velada Carmen RuizTilve, cronista oficial de Oviedo, colaboradora de LA NUEVA ESPAÑA y coordinadora del XII Ciclo de Conferencias de la SOF en cuyo marco se ofreció la conferencia. La concejala presidenta de la SOF Belén Fernández también intervino desde la mesa.

Carmen Ruiz-Tilve explicó de entrada que cada año se ofrecen cuatro conferencias de la SOF. Está pendiente de publicación el libro con los intervenciones de los dos últimos años.

La concejala Belén Fernández dio las gracias a Jorge Hevia por dar a conocer la gran obra realizada en la Cámara Santa que permite disfrutar de una gran joya del patrimonio histórico artístico. Habló después del turismo religioso con especial mención al Santo Sudario e insistió en la garantía que ofrece Hevia como experto en el patrimonio asturiano.

Con orden y de más a menos, de lo general a lo particular, Jorge Hevia abordó el tema de sus charla titulada "Las obras recientes de la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo" y afirmó que al fin la Cámara Santa es una joya recuperada. Explicó las fases prerrománica, gótica y barroca de la Catedral con pryecciones y dibujos sin olvidarse de citar los elementos renacentistas bajo la flecha de la torre. Dijo que la Cámara Santa está emparadada entre el claustro y otras construcciones. Y comentó que de las 23 actuaciones realizadas en la Catedral en los últimos años, dentro del llamado plan director, se había logrado un grado de cumplimiento del 85 por ciento. A ese respecto recordó el multi apoyo institucional que han recibido esos trabajos.

En 1995 , indicó el arquitecto, se presentó el avance del plan director y en 1997 el documento final. Las intervenciones se clasificaron en inmediatas, necesarias y recomendables. Rosa Esbert, catedrática de petrología de la Universidad de Oviedo, ya fallecida, fue clave en el tratamiento de la piedra. En ese sentido puso ejemplos de los trabajos realizados en algunos capiteles.

Sin ser exhaustivo, explicó la reparación de la bóveda de la sacristía y la reparación de una pintura de la bóveda, al óleo, no al fresco, copiada de una obra de Roma. Valoró altamente el trabajo de Víctor Hevia y Buelta tras la voladura de la Cámara Santa en 1934 y también lo realizado por el arquitecto Pidal. Presentó imágenes sobre cómo estaba antes de los trabajos realizados recientemente.

Mostró fotos y dibujos de las estancias de la Cámara Santa y de las piezas que allí se custodian antes de la restauración y ofreció la documentación en la que se había basado. También estudió, según dijo, la restauración de las joyas realizada por el orfebre Pedro Álvarez.

Jorge Hevia mostró el resultado del trabajo con profusión de elementos gráficos. En la Cámara Santa se recuperaron policromías. Indicó cómo se había trabajado con láser sobre la piedra y en especial el apostolado y el calvario. Reflexionó sobre la nueva disposición de las joyas en el camarín y el artefacto que se había preparado para que el Santo Sudario, libre de oxígeno, se conserve de forma óptima. El dispositivo pesa 19 kilos frente a la realidad anterior, de apenas dos kilos entre el lienzo y el marco. Ahora las visitas se hacen hasta un máximo de 25 personas por grupo. A los que esperan fuera se les ofrece un multimedia explicativo.

En el coloquio, Cosme Cuenca, compañero de fatigas de Hevia, se extendió sobre los cambios que inevitablemente experimenta una Catedral a lo largo de los siglos. Dijo que pronto se accederá de forma habitual a través de la capilla del Rey Casto. Y afirmó que la balaustrada que se quiere poner para ayudar especialmente a las personas mayores había sido rechazada por el órgano asesor de la Consejería de Cultura. A ese respecto Jorge Hevia afirmó que esperaba una reconsideración de esa negativa. José María Pérez preguntó, a su vez, qué faltaba por hacer. Hevia apuntó: rematar trabajos en la capilla de los Vigiles, reparar ventanales del transepto, mejorar la cubierta de l torre truncada y recuperar la sacristía de la capilla de Santa Eulalia de Mérida, ahora convertida en sala para la máquina de calefacción.