Los investigadores descartan casi por completo que la maleta fuese arrojada desde un convoy de FEVE a las vías del tren. Además de no tener ventanas, lo que dificulta la operación, no tendría sentido que el bulto fuese arrojado desde el tren en un tramo ya en el casco urbano, cuando la línea procede de la zona rural. Así, los agentes asignados al caso sospechan que quien trasladó el cuerpo a las vías en una maleta lo hizo a pie y conocía bien la zona. "Es fácil llegar hasta allí, pero sólo si conoces el sitio. Muchos ovetenses no han estado en esta zona en su vida", argumentaron en medios próximos al caso.

El lugar donde apareció el cuerpo del menor, oculto entre la maleza, se sitúa entre los apeaderos de La Argañosa y Vallobín. La vía divide los dos barrios. En concreto, el niño fue arrojado a los aledaños de las vías en la parte colindante con la calle La Argañosa. Existen viviendas a los dos lados de los raíles, la mayoría antiguas, aunque también hay construcciones recientes. Además, muy cerca del apeadero de La Argañosa hay unas parcelas abandonadas que con frecuencia son objeto de denuncias por parte de los vecinos, que se quejan de malos olores y de la proliferación de ratas.