Lágrimas, indignación, expectación y latigazos de cruda realidad. Éste es el cóctel de emociones que ayer se respiraba a la puerta y en el interior de los juzgados de Comandante Caballero. En la cuarta planta, Fadila C. y David F. V. estaban dando ante la juez su versión de lo ocurrido con Imran, el hijo de la chica que falleció supuestamente en un piso de Vallobín tras recibir una brutal paliza del novio de su madre.

"Está abatida. Todo el tiempo decía que quería ver a su hijo para despedirse de él", explicaba ayer la letrada, que junto a la madre y una hermana de Fadila C. ya ha solicitado en el juzgado que les sea entregado el cadáver. Una de las condiciones que seguramente pongan los responsables de la investigación para acceder a la petición de la familia será que el cadáver no sea incinerado. De esta forma se podría hacer una segunda autopsia en el caso de que fuera necesaria. Mientras, la letrada afirmó que su representada "insistió en su inocencia" durante la declaración en el juzgado. Dado que su pareja se inculpa de lo sucedido, González no entendía ayer por qué Fadila C. ha sido enviada a la prisión de Villabona. "Nos parece injusto", señaló. Y abundó: "No hay indicios de que tuviera conocimiento de los delitos que se le imputan". Por este motivo, González anunció que recurrirá la prisión provisional.

El primero en declarar fue David F. V., que en palabras de su abogado, Eduardo Rueda, "está arrepentido, dolido y anímicamente destrozado" por lo ocurrido, y que "asume la responsabilidad de todo lo ocurrido en descargo de ella". Ya anteayer, durante su declaración ante la Policía nacional en la Comisaría de Oviedo, David F. V. rompió a llorar en varias ocasiones mientras relataba el suceso. Y ayer la historia prácticamente volvió a repetirse. "Sigue hecho polvo y cuando recuerda todo lo ocurrido se viene abajo. Está destrozado. Pero ha sacado fuerzas para contestar a todo lo que se le preguntó", insistió Rueda.

Una de las líneas de defensa que podría esgrimir el letrado de David F. V. podría pasar por su adicción a las drogas. Según algunas fuentes cercanas al caso, el joven de origen coruñés comenzó a consumir drogas a los 16 años para acabar con el tiempo enganchado a la cocaína. Esta adicción le llevó a pasar por un programa de desintoxicación durante un año del que pareció salir recuperado, pero poco después recayó en su adicción. A su vez, estos problemas acabaron alejándose de sus familia, con la que hace años que no tiene relación.