El acuerdo alcanzado entre el Ayuntamiento de Oviedo y el club azul le permite a éste ciertas garantías para el futuro más inmediato. El entendimiento entre las partes era el requisito necesario para que el Oviedo evitara la causa de disolución, una amenaza que planeaba en el club carbayón tras la presentación de sus cuentas anuales.

El Oviedo hizo públicas sus cuentas el pasado 25 de noviembre. En ellas, el consejo de administración (con el asesoramiento de Verae, la empresa encargada de las cuentas) proponía ampliar con el Ayuntamiento el plazo de cesión del derecho de uso del Tartiere. A 30 de junio de 2014 el riesgo en la entidad era claro: el patrimonio neto era de 1.543.170 euros, inferior a la mitad del capital social (5.834.799 euros). Para evitar la causa de disolución se hizo obligatorio buscar una solución contable, como así se ha hecho con la ampliación de uso del estadio municipal.

El derecho de uso fue concedido en 2009 por un plazo de 20 años y el actual consejo lo cifró en 15.188.149 euros en las cuentas reformuladas de la temporada pasada. El consejo optaba entonces por esta fórmula desechando la que se había usado en las últimas temporadas: la revalorización de El Requexón.

Ahora, la cesión de uso se amplía hasta 2040 (once años más) y el registro contable de la concesión supone un aumento de los activos de la sociedad de 5.135.253 euros y un incremento del patrimonio neto de 3.851.440 euros.

La directiva presentará en la junta ordinaria (el próximo 22 de diciembre) un déficit de la pasada temporada de 883.627 euros. La gran incógnita se plantea en la relación del club con Hacienda y la Seguridad Social. El Oviedo subscribió hace 10 años un convenio singular para ordenar los pagos de la deuda que finaliza el 13 de diciembre. La entidad carbayona ha negociado en los últimos meses un nuevo convenio en unas condiciones similares al actual: con los pagos condicionados a la categoría en la que compita el equipo y unas cantidades a abonar que permitan la supervivencia en el día a día.