El X Ciclo de Música Sacra Alfredo de La Roza puso el broche de oro el viernes, con el concierto del Cuarteto "Svetoglas", que ofreció una selección de obras polifónicas de la tradición ortodoxa búlgara, que gustó mucho al público. Así, el ciclo volvió a traspasar lindes en el repertorio, con cantos de una espiritualidad especial, que parecían intemporales, al conectar tradición y modernidad. Gracias a esta iniciativa pudimos escuchar, por vez primera, a un cuarteto masculino de voces -mayor proyección tienen agrupaciones de mujeres, como "El Misterio de las voces búlgaras"-, para conocer, con garantías de calidad musical, el folclore y la polifonía sacra búlgara. No en vano, el cuarteto "Svetoglas", que acaba de grabar para Arco Productions, acoge intérpretes con una trayectoria reconocida en esta música, como Daniel Spassov y Milen Ivanov.

El público disfrutó así de la belleza del canto masculino búlgaro tradicional y eclesiástico, desde las piezas más antiguas del siglo IX, cuando se estableció una entidad independiente eclesiástica búlgara, bajo la jurisdicción del Patriarca de Constantinopla. Parte de la polifonía sacra que escuchamos el viernes aún está viva en Bulgaria, como el "Aleluya" y la antífona "Sálvanos, Hijo de Dios", que se mantienen en la liturgia de la Misa. De este modo, fue muy interesante escuchar la evolución de líneas vocales y los diferentes estilos en cada pieza "a capella": desde los cantos más antiguos sobre cuerdas de recitado (notas tenidas que sostienen la composición), como los cantos para el Bautismo; hasta el "Condúcenos, Santa Cruz", un canto de súplica del siglo XIX, con un movimiento más libre de las voces.

El Cuarteto "Svetoglas", que se mostró muy agradecido al participar en el Ciclo, tiene un sonido redondo, de perfectos acabados. Como conjunto, logra un timbre que resalta todos los matices de la tradición de su repertorio. El fraseo de "Gospodi, Señor, alma mía" a tres voces, casi etéreo, fue de los mejores ejemplos. Las voces de Spassov y Milen y Stanimir Ivanov lucieron además un recorrido amplio para entonar las melodías principales, adornadas con inflexiones sutiles. Así, el oído se acostumbra enseguida a la colocación de las voces y su color especial, para lograr un empaste impecable, y recrear una atmósfera intemporal y enigmática. El grupo tiene una sensibilidad melódica exquisita, como se escuchó en "Señor, salva a los piadosos" y "Cruz de Cristo", canto de alabanza de refinadas dinámicas. Además, el Cuarteto mostró su flexibilidad en las armonías, más complejas, de "Te bendecimos, Santa Madre", y en los ritmos, de renovada ligereza, de "Oración a María". En las propinas, el "Svetoglas" dio la última vuelta de tuerca a su interpretación, con dos canciones de amor tradicionales de Bulgaria.

Así cerraba la edición del Ciclo "Maestro de La Roza", en buena parte gracias a las aportaciones voluntarias del público, que con sus donaciones hizo posible el concierto del Cuarteto "Svetoglas". También puede apoyarse la próxima edición, colaborando con la Escolanía San Salvador, con donaciones incluso a través de la web (yosoydelciclo.com).