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El informe de conclusiones del crimen de la maleta

Los padres del niño arrojado a las vías ocultaron cinco días el cadáver en su casa

El testimonio de una vecina da al traste con la versión de los presuntos asesinos

La maleta en la que apareció el cuerpo del pequeño Imran junto a las vías del tren en la Argañosa. LNE

Los agentes asignados a la investigación de la muerte del pequeño Imran, el niño de dos años arrojado en una maleta junto a las vías del tren, han entregado esta semana a la juez instructora del caso, Begoña Fernández, el informe de conclusiones de la investigación. LA NUEVA ESPAÑA ha tenido acceso al documento, que desgrana en seis epígrafes por qué los investigadores de la Policía Nacional no han creído las versiones presentadas por los dos acusados del asesinato del pequeño, su madre Fadila C. y la pareja de esta, David F. V., ambos en prisión preventiva a la espera de juicio. Una de las conclusiones más llamativas es que, en base a los informes de la Policía Científica y una prueba testifical, los agentes creen que la pareja ocultó durante cinco días en su domicilio de Vázquez de Mella el cuerpo sin vida de Imran.

El traslado del cuerpo. David F. explicó en su declaración en Comisaría que había llevado el cuerpo del pequeño, ya sin vida al apeadero de tren de la Argañosa envuelto en una manta y que regresó al mismo lugar unas horas después con una maleta para meter al niño dentro. "Esto hubiera supuesto que el imputado debería haber regresado por segunda vez al lugar en pleno día", razona el informe policial, rechazando la versión. Además, la declaración del acusado tampoco cuadra con la declaración de una testigo, vecina del edificio de Vázquez de Mella en el que residía la pareja que asegura que el 31 de octubre, a las siete de la tarde, cuando regresaba de sacar la basura, se cruzó en el portal con David, que llevaba en brazos la maleta, abrazada al pecho. De ella sobresalía una manta. "Es compatible que el traslado del cuerpo del niño se efectuara el día 31 de octubre desde el domicilio de la pareja al lugar del abandono y destino final ya perfectamente amortajado, y no necesariamente en el momento de su fallecimiento", reza el informe policial.

Las versiones. Los agentes creen que aunque ambas versiones son diferentes -no coinciden en los horarios, en quién poseía el único juego de llaves del piso, ni siquiera si estaban juntos cuando supuestamente David hizo la maleta con la ropa del menor- , entre ellas existiría un nexo común, que podría resultar exculpatorio para la madre de Imrán: que Fadila C. estaba fuera del domicilio en el momento de la muerte.

La silla del bebé. Los agentes no se han creído ni por un segundo la versión de Fadila C., quien asegura que creía que David había enviado a su hijo a Galicia, con la hermana de este. Los investigadores han reparado en que el pequeño tenía una grave lesión en una pierna que le provocaba serios padecimientos. "De haber sido entregado el niño a otra persona necesariamente hubiera necesitado su silla de bebé para transportarlo, impedido gravemente como estaba por su pierna inútil", señala el informe. Lo cierto es que la silla estaba en casa. "Esta versión es falsa, pudiera tratarse de una versión elaborada entre David y Fadila para exculparla", razona el informe policial.

El "chantaje emocional". Fadila ha dicho que no conocía el teléfono de su cuñada y que no podía ponerse en contacto con ella para preguntarle por Imran. La Policía asegura que este extremo no es cierto, que Fadila había tenido contacto con esta persona anteriormente por teléfono y en las redes sociales. Los investigadores tampoco dan crédito al supuesto "chantaje emocional" al que Fadila dice que la tenía sometida su pareja. "En sus contactos con terceras personas, sin estar presente David, revela información muy personal, como que está embarazada y dispuesta a abortar, y sin embargo habiendo podido hacerlo no revela que está coaccionada por David".

La escena del crimen. De los informes elaborados por la Policía Científica se desprende que la escena del crimen es la habitación en la que dormía el pequeño Imran. Los agentes encontraron restos de sangre en las paredes, mobiliario y ropa de cama, que fueron limpiados para ocultar el suceso. "La limpieza hubo de llevar cierto tiempo, incluso horas. Resultaría prácticamente imposible que durante los 45 minutos que Fadila dijo permanecer fuera del domicilio se hubiera podido llevar a efecto la agresión, muerte del menor y posterior manipulación del escenario, de tal modo que a su regreso no hubiera podido observar ninguna evidencia que al menos la pusiera sobre aviso de que en la habitación de Imran se había producido un hecho violento", sostiene el informe policial en sus conclusiones.

La "incomunicación" de Fadila. Fadila asegura que, a partir de la hipotética desaparición de su hijo, David le impedía ver la televisión o escuchar la radio. Sin embargo, los agentes creen que miente porque no estuvo "permanentemente controlada". Además, dijo que no había podido ponerse en contacto con su familia al no tener teléfono ni dinero. La Policía dice que en su cuenta corriente había un saldo de 15 euros y que Fadila siempre había usado las redes sociales y los locutorios para mantener el contacto.

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