La madre de los tres niños abandonados en un piso del barrio de Pumarín continuaba en paradero desconocido, ayer, al cierre de esta edición. La Policía rescató el viernes de madrugada de la vivienda a tres hermanos. La mayor, de casi tres años, el mediano, de año y medio, y la más pequeña, una recién nacida de sólo veinte días. La bebé permanecía desnuda y tiritando de frío encima de la cama, al borde de la muerte. Su hermano se estaba dando cabezazos contra la pared; y la mayor, sentada en silencio, con la mirada perdida. Conforme pasan las horas, pesa más la hipótesis de que "algo malo" podría haberle ocurrido, según explicaron a este periódico fuentes próximas a la investigación del caso. "Desde el mediodía del viernes se trabaja con esta hipótesis, que la mujer pueda estar retenida en contra de su voluntad o que haya sufrido algún incidente desafortunado, un problema grueso", indicaron las mismas fuentes consultadas. De momento, el asunto se está investigando como un caso de abandono.

Los vecinos del edificio aseguran que aunque la desaparecida -M. J. F. G., española de 42 años y residente desde hace años del inmueble, en la calle Benjamín Ortiz- es una mujer "discreta", todos saben a qué se dedica. Es precisamente la profesión que le atribuye el vecindario -servicios de citas ocasionales- la que hace sospechar a la Policía que pueda haberle ocurrido algo. Aún así, no se descarta la hipótesis de que se haya ausentado por voluntad propia, porque no era la primera vez, según los vecinos, que dejaba a los niños solos en casa. "Yo creo que no anda lejos, no le ha ocurrido nada y espero que así sea", aseguraba una vecina.

Los agentes de la Policía Nacional y de la Policía Local salen a patrullar desde el viernes con una descripción de la mujer, extremo que podría facilitar su localización. Además, se está investigando el entorno de la madre de los niños, tanto la familia como su expareja, que podría ser el padre de alguno de los pequeños. La mujer tiene otro hijo más, de 7 años, que vive con su abuela en La Corredoria.

Mientras, el Principado ha asumido la tutela de los tres hermanos, que se encuentran "bien", según fuentes consultadas, aunque presentaban señales de desnutrición y deshidratación.

Fueron los vecinos los que dieron la voz de alarma, tras escuchar durante horas, el llanto incesante de un bebé. Avisaron a la Policía a las nueve de la noche del jueves y los agentes lograron acceder al domicilio por la terraza, ya de madrugada. La madre había sido vista en el edificio esa misma mañana.